Dorado, violeta y verde menta

Reseña del libro “Dorado, violeta y verde menta”, de Marta Santés

Dorado, violeta y verde menta

Leer a Marta Santés es una de las mejores cosas de la vida. Marta es luz, es paz, es amor, es alegría. Y lo digo porque tuve la gran suerte el año pasado de conocerla en persona en la Feria del Libro de Madrid. 

Por eso, cuando Titania publicó la nueva novela de Marta, Dorado, violeta y verde menta, un retelling de Enredados que llega a ser mucho más que eso, supe que debía volver a dejar entrar la excelente prosa de Marta en mis entrañas, aunque eso supusiera tener otra vez que montar en una montaña rusa de emociones, desde el amor más profundo hasta el sufrimiento más desgarrador, como me ocurrió con Recuérdame, Alice, su anterior historia. Una historia cruda a veces, visceral y muy emotiva.

Y la verdad es que Dorado, violeta y verde menta me ha hecho vivir un amor que nunca pensé que experimentaría. Un amor entre tres corazones…

Zel es una joven que acaba de cumplir dieciocho años y lleva toda la vida encerrada, apartada del mundo exterior. No sabe a qué huele el mar, ni a qué sabe un helado, y ni siquiera ha visto cara a cara a otras personas, exceptuando a su madre. Pero Zel tiene una lista de deseos prohibidos que algún día le gustaría llevar a cabo, algún día cuando sea libre. Lo que no sabe es que de repente, cuando menos se lo espera, un ladrón entra en su vida y la pone patas arriba. Pero no solo eso, Flyn, el forajido, viene acompañado de Jack, y ambos jóvenes harán que Rapunzel sienta la vida como nunca lo había hecho. Le harán vibrar, enloquecer, amar, replantearse todo y conocerse a sí misma.

¡Qué necesario es conocerse a uno mismo! Y Marta es una maestra en conseguirlo y en lograr que el lector se meta en la piel de sus personajes para aprender, crecer y evolucionar, pero sobre todo para quitar de nuestra mente los prejuicios y aquello que la sociedad nos ha impuesto como políticamente correcto.

Como veis, aquí tenemos a los protagonistas de Enredados, solo que en una versión más real, adulta y llena de tensión sexual. Los capítulos nos muestran los tres maravillosos puntos de vista de nuestros tres protagonistas, porque los tres tienen la misma importancia y con los tres el lector se fusiona, comprende y siente. Además, el hecho de que dichos capítulos sean muy cortos hace que no podamos parar de leer y queramos avanzar y avanzar hasta devorar esta historia de magia, miedos, sentimientos, prejuicios y superación personal.

Las tres historias me han encantado porque Marta tiene el don de lograr que el lector conecte con Zel, Flyn y Jack de manera simultánea e intensa, comprendiendo a través de las sensaciones, experiencias y pensamientos de cada uno cómo es tener la vida que tienen. Zel, encerrada y privada de libertad, algo cruel pero a la vez esperanzador para alguien que no ha vivido en sociedad y que puede contemplar por primera vez todo y a todos sin prejuicios, abriendo su corazón y amando sin ataduras. 

Por otro lado, la historia de Flyn me ha resultado desgarradora por todo lo que tiene que soportar en ese ambiente familiar lleno de corrupción y maltrato. He adorado su valentía y fuerza, así como la de Jack, que siempre se ha sentido marginado y repudiado por sus propios padres, pero que sin embargo ha volcado su amor prohibido y en secreto hacia Flyn desde años atrás.

Sin duda, la belleza de esta historia reside en la evolución de sus personajes, en la conexión y el vínculo que hay entre ellos, en cómo Zel rompe los esquemas de Flyn y Jack y hace que pierdan el miedo a mostrarse tal y como son, logrando que se desprendan de sus armaduras y amen libremente sin represalias ni prejuicios. Ella es el detonante, con su luz y color, con su particular don que iremos descubriendo a lo largo de la novela, con ese brillo dorado que emana de su interior y que se enreda con el dorado y verde mente de Jack y Flyn para mostrarnos que no pasa nada porque tres corazones se sientan atraídos, se enamoren y se fusionen sexualmente. No está mal si los tres así lo desean, porque la vida no siempre es blanca o negra, no siempre tenemos que elegir entre A o B. La vida es una paleta de colores y debemos abrir nuestra mente para empaparnos de todos ellos. 

Así, Marta Santés vuelve a enamorarme con su nueva novela Dorado, violeta y verde menta, una versión adulta de Enredados llena de mensajes en su interior, como el canto a libertad, y un epílogo que no olvidaré y que te deja reflexionando sobre el futuro de los personajes.

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