El canto de las gaviotas

Reseña del libro “El canto de las gaviotas”, de Osvaldo Reyes

El canto de las gaviotas

Algo que me gusta mucho de los libros, y de la literatura en general, es que no se me tome por una simple espectadora. Quiero decir, me gusta sentirme partícipe de lo que leo. Hay muchas formas de llegar a esto. Sobre todo, me gusta que me toquen la fibra, sentirme reflejada en las palabras escritas por otros y que estas me sacudan. Ese zarandeo emocional es maravilloso.

Otros escritores, como Osvaldo Reyes, consiguen atraparme y hacerme cómplice de sus lecturas jugando conmigo. Y a mí el estilo y la técnica de este autor, en este sentido, me parecen impecables. El panameño Osvaldo Reyes siempre consigue que yo me adentre en las lecturas de sus libros con una idea que él se encarga de ir desmontando página tras página. Ya lo hizo con Asesinato en Portobelo y El efecto Maquiavelo y ahora, con El canto de las gaviotas, ha vuelto a llevarme a su terreno, a jugar sus cartas de tal manera que, además de lectora, me he sentido al mismo tiempo jugadora y cómplice de esta trama. Y ya os digo que esto, personalmente, me encanta.

Cuando el cuerpo de Andrea Sposito aparece enterrado hasta el cuello en una playa, la vida de muchos está a punto de cambiar. Hasta los mejores planes tienen sus fallos. Y es que un chico la encuentra al borde del ahogamiento y consigue rescatarla. Andrea tendrá que luchar por su vida, pero sobrevivirá. ¿Cómo no iba a sobrevivir otra vez? Este error va a costarle muy caro a alguien.

Los detectives Palmer y Rosas serán los encargados de investigar ese asunto que huele tan mal. Con la ayuda de Dana, mujer de Palmer, lograrán sacar más información a la confusa joven aparecida en la playa. Mediante hipnosis, Andrea comienza a recordar el calvario que ha sufrido a cargo de su secuestrador. ¿O son dos secuestradores? Lo que sí recuerda con total nitidez y con escalofríos es el olor a vainilla, unas plantas de lo que parece ser marihuana y el rostro de su secuestrador cubierto por una máscara con el rostro de la alegría, como aquellas del teatro griego.

Poco a poco Palmer y Rosas, con ayuda de Andrea, van avanzando en el caso y empiezan a reabrir casos similares que estaban en el olvido. Todas chicas jóvenes, todas rubias, todas desaparecidas que aparecieron ahogadas. Parece que el asesino tiene un patrón claro.

Mediante flashback narrativos, Osvaldo Reyes nos lleva al verano de 1982, cuando unos niños, unidos por la tragedia, se conocen. Nadamos entre recuerdos, entre los orígenes del mal para volver, una y otra vez, al presente.

Lo que nadie podría sospechar es que el inspector jefe Ratner y su hermando Edwin, aspirante a alcalde, tienen mucho que decir sobre el caso. Pero es que en El canto de las gaviotas casi todos saben más de lo que dicen. La trama ideada por Osvaldo Reyes está llena de secretos y nosotros, lectores, no solo somos cómplices, sino que somos otro jugador más en esta macabra partida con muchos cabos aún por atar.

Es por esto que el autor nos mantiene inmersos en las páginas de la novela sin casi coger aliento. Y es algo que, como os decía antes, sabe hacer muy bien. De nuevo, la esencia noir de Osvaldo Reyes, marca de la casa, las dosis de misterio e intriga y la acción están presentes en El canto de las gaviotas. Con un estilo muy bien definido, en ocasiones muy lírico, más mordaz otras, Osvaldo Reyes nos vuelve a llevar a su terreno con un thriller repleto de secretos que no podrás dejar de leer. Una tragedia griega clásica se despliega ante el lector cómo solo el autor podría haberla escrito. Y de trasfondo siempre una pregunta: “¿Por qué?”.

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