El rótulo fijado en la pared

Reseña del libro “El rótulo fijado en la pared”, de Artiles Cabrera

El rótulo fijado en la pared

Algunos dirán que somos polvo de estrellas, pero yo creo que estamos hechos de historias. Somos el resultado de todos los relatos que nos conforman, de todas las vivencias, de todos los sentimientos y emociones que nos definen desde el comienzo de los tiempos. Historias que, además, se entrelazan, tejiendo el tapiz de la humanidad y sus sueños. Estamos hechos de historias, de ahí que narrarnos sea definirnos. De ahí la importancia de la literatura.

Tengo la sensación de que Artiles Cabrera, autor de El rótulo fijado en la pared, opina parecido. Por ello, sabedor de la importancia de las palabras y las historias que estas conforman, nos regala un libro de relatos que, a simple vista, podría parecer uno más, pero que en sus páginas entreteje ese tapiz del que os hablaba antes. Un tapiz que nos conecta, nos une y nos define.

El rótulo fijado en la pared contiene cuatro relatos en sus páginas. Cuatro historias muy diferentes y que, de primeras, nada tienen en común entre ellas, pero que, a medida que vamos avanzando en la lectura, nos damos cuenta de que, como la vida misma, también estas historias se conectan. ¿El nexo común? Precisamente un rótulo fijado en la pared cuyo mensaje, evidentemente, no voy a desvelaros, pero que, de manera irremediable, une a los personajes de esta historia.

De este modo, en el primer relato, Artiles Cabrera (Las Palmas, 1983), nos sumerge en las calles de Londres, en un agradable reencuentro entre dos amigos de toda la vida, Clarinda y Ángel que, bajo el amparo de los años y la magia londinense, deciden dar un gran paso en sus vidas. Un relato lleno de magia, de escalofríos, de recuerdos y futuros.

En el segundo, el autor cambia completamente de registro y nos lleva a acompañar a los miembros de un equipo del Grupo de Operaciones Especiales del Ejército de Tierra español en una misión de rescate de dos monjas secuestradas por guerrilleros en la República Centroafricana. Con la teniente Eva Latorre al mando, este rescate de riesgo traerá muchas sorpresas para todos.

Un caso singular es el nombre del tercer relato. En él conocemos al detective Alberto y su próximo caso: descubrir si una mujer está siendo infiel a su influyente marido. El devenir de esta historia y los giros que tomará sorprenderán al más calmado lector. 

Por último, Horror recóndito nos ofrece un relato de terror y fantasía que, a primera vista nada que tiene que ver con los anteriores pero que, inevitablemente, acabará por conectar con las otras historias de manera brillante.

Hasta aquí, lectores, puedo contaros sobre las historias que conforman El rótulo fijado a la pared. El resto es cosa vuestra, pero os aseguro que merece, y mucho, la pena adentrarse en estas historias tan dispares entre sí y con un nexo en común que nunca podríais llegar a imaginar.

El estilo de Artiles Cabreras, tan dinámico, sencillo y, al mismo tiempo, tan cautivador, hará que devoréis estas historias sin apenas daros cuenta. La construcción de personajes, la atmósfera, los diálogos… Todo atrapa en este libro de relatos que depara tantas sorpresas en sus páginas. Sobre todo, los giros de guion y los finales que, estoy convencida, os encantarán.

Así que, si estáis buscando una lectura diferente, si sois amantes del relato y después de esta reseña sentís curiosidad por saber qué dirá el rótulo que entrelaza estas historias, os animo a adentraros en El rótulo fijado en la pared y dejaros llevar. No os decepcionará. 

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