Hoy me ha pasado algo muy bestia 1/3, de El Torres y Julián López

hoy me ha pasadoComenta Estorach en el epílogo que tal vez ha crecido y después de pasar más de veinticinco años leyendo cómics de superhéroes ese tipo de historias ya no le interesan. Le suenan a demasiado visto, demasiado repetitivo… Pero aún así, cada vez que entra en una librería no puede evitar echar un ojo a la correspondiente sección de cómics de los personajes en pijama para ver si pilla algo. Creo que es algo normal, sobre todo si has tenido un atracón. Con el tiempo se busca siempre algo más de… de todo. Evolución, frescura, originalidad, nuevos aires, nuevos conceptos, algo que te haga pensar: “mira, esto sí que es nuevo, no me lo esperaba”.

Por eso, cansado de buscar y no encontrar, Estorach decidió escribir su propia novela, su propio punto de vista sobre un superhéroe en la actualidad pero de forma que fuera realista, creíble. Y, no sé si lo consiguió en la novela, pero en este primer número de la adaptación al cómic (adaptado por El Torres ni más ni menos, ojo), puedo afirmar que lo ha logrado. A lo grande. A lo bestia.

Y a lo bestia es también como comienzan las viñetas, dando una buena paliza a un vecino maltratador. David no entiende lo que le pasa. Le vemos frente al espejo, lleno de tiritas –¿homenaje al Marv de Sin City?–, intentado averiguar lo que le sucede, además de las frecuentes migrañas y hemorragias nasales y sorprendido (“Soy como Lobezno”) al retirarse las tiritas y comprobar que no hay rastro de heridas. Súper fuerza, resistencia, curación… Intentará aprovechar esos dones para hacer el bien en la Barcelona de hoy y en seguida pasará a ser conocido como Post-it. Será un superhéroe sin traje, como la Daredevil en la primera temporada.

“Tío, esos poderes tienen una razón de ser, un motivo. Tu vida ha cambiado. No puedes seguir viviendo tu vida como si todo siguiera igual. Y tú lo sabes. Seguro que sientes que tienes que hacer algo con esos poderes.”

Pero por supuesto, la doble vida siempre pasa factura y su trabajo de diseñador gráfico (no tiene la pasta de Bruce Wayne, precisamente), la relación con su novia y amigos se resienten. No se puede estar en todas partes, también hay que vivir un poco.

Por si fuera poco alguien está secuestrando niños, una voz en su cabeza le habla y le guía, conocerá a Perro Negro y Juan Blanco y sabrá que no es el único con poderes.

Bueno, pues para empezar no está mal este primer tomo. Desde luego a mí me ha dejado con ganas de más y, como siempre que se hacen las cosas bien, con el orgullo de saber que un autor patrio ha planteado de forma seria las semillas de un héroe sin caer en topicazos y, sobre todo, sin un pijama de colores chillones y con capa (gracias, por eso).

“Sea lo que sea lo que me pasa… me gusta más de lo que me asusta”

Los personajes están bien definidos, la historia se desarrolla con el ritmo adecuado para avanzar en ella a la par que Daniel (que así es como se llama el prota), tiene la mezcla bien proporcionada de realismo, drama, violencia y fantasía y las referencias al mundo del cómic (taza de Superman, camiseta de Batman, “soy Lobezno” frente al espejo, otra camiseta de Superman en un bar, la novia que le dice que es Batman, e incluso el aspecto de Torga me recuerda a Lex Luthor,…) están bien insertadas.

El dibujo de Julián López no cae en caricaturas, sino que tira por el realismo limpio que es el arte que este Hoy me ha pasado algo muy bestia 1 se merece. Lo mismo digo de la tinta y el color, a cargo de Juan Albarrán y Fran Gamboa respectivamente. El resultado del arte final me ha encantado porque le va como un guante al tono de la historia.

Quedan interrogantes por contestar, y es de suponer que se resolverán en los tomos sucesivos. Además, el final de este primer tomo te deja con un cliffhanger de campeonato así que espero que no tardemos mucho en ver los siguientes.

En resumen, Hoy me ha pasado algo muy bestia 1 es un buen cómic tanto si buscas algo diferente a lo de siempre como si no; con un superhéroe que lo es porque cree que debe serlo y porque además, le gusta repartir justicia y hostias como panes; un tío normal, como tú y como yo, al que le suceden cosas increíbles y muy bestias.

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