La niña que salvó los libros, de Klaus Hagerup y Lisa Aisato

Como siempre, en esta época tan de regalos, me gusta mucho conocer las novedades de las editoriales para el público infantil y juvenil. Tengo siete sobrinos y en estas fechas prefiero regalarles libros antes que otra cosa. Sí, soy esa tía pesada. Así que disfruto mucho descubriendo lo que las editoriales preparan para los más pequeños, a veces son auténticas joyas que nos perdemos por aquello de haber dejado atrás nuestro lado más inocente. Aunque no tengáis hijos ni sobrinos os recomiendo, encarecidamente, que de vez en cuando os deis una vuelta por la sección para los más pequeños de las librerías. Os sorprenderán las maravillas que se editan hoy en día.

Esta vez le ha tocado el turno a La niña que salvó los libros, un cuento emocionante que llamó mi atención desde el primer momento en que lo vi. Su portada, sus ilustraciones y esa faja que nos advierte “Destinada a convertirse en un clásico, esta mágica historia nos habla del amor por los libros y su capacidad de salvarnos”. ¿A que apetece leerlo?

Anna es una niña que está a punto de cumplir los diez años. Se trata de una niña especial cuya pasión son los libros. Por eso mismo, Monsen, la bibliotecaria, es una de sus mejores amigas. Entre lecturas y charlas, un día Anna descubre qué es lo que le ocurren a los libros de la biblioteca que nadie quiere leer. No solo caen en el olvido, sino que acaban por ser destruidos. A Anna esto le parece una locura, así que, dispuesta a evitar que los libros dejen de existir, decide sacar todos esos libros de la biblioteca para leerlos y así evitar su destrucción. Pero son demasiados libros, demasiadas historias, demasiados personajes… incluso para Anna. Exhausta, le comunica a la señora Monsen que va a tomarse un tiempo para descansar de tanto libro. Pero la bibliotecaria le tiene preparada una sorpresa: un libro más, “El bosque embrujado”. Anna no puede resistirse y cae en la tentación. Tiene que leer ese libro. Pero lo que ella no sabe al comenzar a leerlo es que ese libro es mucho más mágico de lo que aparenta y que, gracias a él, Anna va a dar con la solución para evitar que los libros que nadie lee desaparezcan.

La niña que salvó los libros es una historia entretenida, emocionante y sí, también tiene algo de poética. El amor por los libros que desprende esta historia hace imposible no enamorarse de ella. Un cuento conmovedor que estoy segura gustará a todos sus lectores.

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