La traición de Camelot

Reseña del libro “La traición de Camelot”, de Kiersten White

La traición de Camelot

Dos años se hacen muy largos. Dos años he tenido que esperar para poder leer la segunda parte de la trilogía La rebelión de Camelot que empezó con El engaño de la princesa, libro que leí en 2020 y del cual podéis leer mi reseña en este blog.

Cierto es que adoro las leyendas artúricas y me apasionó aquel primer volumen con una Ginebra bruja que no es en absoluto la verdadera Ginebra, sino una impostora enviada por Merlín a Camelot para proteger al rey Arturo. Y lo bueno es que, según avanzamos en la lectura, nos damos cuenta junto con la propia protagonista de que ni ella misma sabe quién es en realidad, cuál es su pasado, quiénes son sus padres ni nada de nada. Sólo sabe que el agua le da pavor y que está suplantando a la auténtica Ginebra por el bien de Camelot y de su rey, para apartar la magia oscura con su propia magia. Pero… si no fuera por la chispa y la oscuridad que nos ofrece Mordred, la historia no tendría gracia, ni para nosotros los lectores ni para Ginebra.

Al final del primer volumen la cosa quedó interesante, con la Reina Oscura emergiendo, un Mordred traidor y una Ginebra sacrificándose por su rey. Y el comienzo del libro que hoy os traigo, La traición de Camelot, toma las riendas poco tiempo después del final del primero. Así que, nos encontramos con Ginebra y una gran crisis de identidad, con sueños extraños, preguntas sin respuesta sobre ella misma y su pasado, amistades leales en las figuras ya conocidas de Lancelot y Brangien, rencor y anhelo por y hacia Mordred, y ganas de romance con Arturo. A todo esto hay que sumar una nueva amenaza a parte de la Reina Oscura y la Dama del lago: la hermana pequeña de la verdadera Ginebra.

Poco más puedo decir sobre la trama de este segundo volumen. En mi opinión, este libro se me ha quedado un poco flojo con respecto al anterior. Hay acción e intriga, sí, pero no hay grandes avances en la historia ni descubrimientos interesantes ni relevantes. No he llegado a conectar con Ginebra en este tomo, quizás porque no he estado de acuerdo con sus decisiones y si yo fuera ella ya me habría lanzado a los brazos de Mordred y no de Arturo. 

Precisamente Mordred, para mí, ha sido el gran aliciente de este tomo, ya que ansiaba que apareciese y diera vida a la trama. Sin embargo, no puedo decir lo mismo de Arturo. Pero bueno, el resto de personajes secundarios han sido correctos, tanto los viejos conocidos como los nuevos. Eso sí, estoy un poco decepcionada con el papel de Lancelot, ya que me gustó mucho en el primer libro que la autora optara por hacer que Lancelot fuese una mujer y así abriera un abanico de posibilidades entre ella, Arturo y Ginebra. ¿Un triángulo amoroso tal vez? ¿Un romance entre Lancelot y Arturo? ¿O una relación lésbica entre Lancelot y Ginebra? En fin, que nada de nada, al menos de momento. Aquí Lancelot solo desempeña el papel de fiel defensora y amiga de Ginebra, acompañándola y protegiéndola, pero sin giros ni sorpresas.

Aun así, pienso que La traición de Camelot es un libro necesario para poder llegar a ese tercer tomo, al desenlace. Es un puente entre El engaño de la princesa y el que estará por llegar y dará fin a la trilogía. Y aunque no pasen cosas excesivamente relevantes ni sorprendentes, no me ha disgustado del todo porque donde más ahonda es en la propia crisis existencial de nuestra protagonista. Kiersten White nos acerca a ella, nos obliga a meternos en su piel y a sufrir con ella. Porque no debe ser fácil no recordar, no saber quién te creó, de dónde vienes ni quién eras antes de ser Ginebra. Ella es solo una cáscara, una máscara sin pasado, solo un presente y un futuro que mantener y proteger. Y la magia que fluye por sus venas, el terror al agua, la química con Mordred, tantos frentes abiertos, tanto por descubrir sobre ella misma que ya no es sólo una actriz interpretando a Ginebra, sino una joven engañándose a sí misma y a su naturaleza. 

¿Unirá Kiersten White todas las piezas que faltan en el último y tercer volumen? Espero que sí, y espero que podamos disfrutar más de la magia, de Merlín, de Mordred y de una Ginebra poderosa capaz de completar el puzle de lo que hay en su interior.

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