Las agujas de la noche

Reseña del libro “Las agujas de la noche, de Fernando Repiso”

Supongo que no es una casualidad que haya terminado de leer este libro hoy, 28 de junio, Día del Orgullo LGTB. Nada en esta vida es casual. Lo que no sé es que día se publicará esta reseña, y además es muy probable que cada uno la lea en días distintos, y que esta lectura les llegue también en días especiales para cada cual.

Y eso es leer cuando la lectura se vive.

¿Qué me llevó a este libro?

Ya saben que no leo mucha novela negra, o thriller, pero me llamó la atención de una noticia en un telediario no hace muchos días. Hablaba del aumento de saunas y gimnasios de ambiente gay en nuestro país. Ese tipo noticias que escuchas y quedan ahí pendientes de unirse a otro dato para que despierte tu interés.

Y mi interés despierta al descubrir el tema de esta novela y que curiosamente se desarrolla en Sevilla. Una ciudad que para mí es de la que tiene la mas hermosa plaza de España, de España, y me gusta el juego de palabras, pero me encanta en su conjunto, pero he de reconocer que se me hacía extraño ver el entorno de este tipo de novela. Quizá porque yo siempre la he visito como una turista abrumada por su belleza y su color.

Las agujas de la noche, del sevillano, Fernando Repiso, me ha llevado a un tipo de vida absolutamente desconocida para mí. A saber, no es que no tenga relación con el mundo gay, que la tengo, pero yo vivo de forma habitual en un ambiente rural en el que, si bien no hay discriminación, ni mucho menos delitos de odio, tampoco hay celebración del Día del Orgullo, más allá de poner la bandera en el Ayuntamiento. Digamos que somos un pueblo bastante normalizado, cosa que agradezco.

Planeta nos ofrece un interesante thriller en el que el autor se esfuerza en que seamos, o mejor dicho, en que queramos ser acompañantes de su protagonista, el Inspector Iván de Pablos, ex marido de una mujer, padre y gay, entiendo que no hace muchos años que salió del armario, y que no debió ser fácil en un ambiente como el policial.

Con Iván, iremos avanzando por esta turbia historia al mismo tiempo que caminamos por su vida, también turbia y complicada, conoceremos a sus amigos y a su familia, además de a algunos de sus compañeros de profesión.

Me ha gustado mucho que entre tanta historia terrible y tanta crítica social, y tanta maldad y odio, vamos, lo que vienen a ser los elementos indispensables de este tipo de novelas, aparezca el humor, porque en la vida también lo hay, y hay personas como Julia que saben poner salsa a la vida incluso cuando está fuera de su entorno, o puede ser que sea precisamente por ello. Una Catalana en Sevilla y viene a ser ella la que me arranca alguna que otra sonrisa ¡Punto para el autor!

En las agujas de la noche, he reconocido Sevilla, pero en ocasiones la trama me sacaba de ella, pensaba en una ciudad estadounidense o incluso en Madrid o Barcelona, pero el autor me devolvía a su Sevilla natal de forma natural, una y otra vez.

La llamada en una dura mañana de resaca de alcohol y drogas para informarle del crimen de un joven conocido de nuestro Inspector en una de esas saunas de ambiente de la que el propio Iván es asiduo, es el arranque de nuestra historia, esa historia que avanza con rapidez, y en la que he de reconocer que he aprendido mucho sobre las nuevas tendencias en drogas, porque en alcohol veo que no se ha inventado nada nuevo…

Tengo que reconocer que la novela me ha tenido atrapada por la trama y la manera de ir desarrollando cada uno de los pasos, y quizá me ha ayudado a comprender un poco mejor esa necesidad de vivir deprisa por parte de los homosexuales que no han podido tener una juventud de experimentación normalizada.

Pues ya saben, si les gusta el género aquí tienen una estupenda novela que les puede hacer pasar unos días muy entretenidos durante este caluroso verano… Porque lo que si les puedo adelantar que en la Sevilla a la que van a ir es la Sevilla más fría que puedan imaginar, aunque una Sevilla en la que se puede pasar un invierno sin calefacción o agua caliente… Y eso para alguien que vive en la provincia de Zaragoza es sencillamente eso que algunos llaman Primavera.

Si no les gusta este tipo de novelas pero les gusta leer historias muy humanas, también pueden acercarse a la prosa de Fernando Repiso que seguro no les va a decepcionar.

Deja un comentario