Lecciones que aprendí de mi gato, de Jamie Shelman

Gatos, gatos y más gatos. Creo que voy a tener que hablar con el jefe para que incluya una categoría especial para gatos en las reseñas, porque no sé cómo lo hago, pero libro que sale al mercado sobre gatos, libro que acaba en mis manos. Claro que algo tiene que ver que los gatos sean mis animales favoritos, que tenga dos y que toda la vida haya estado rodeada de ellos. Supongo que también tiene que ver que siga cuatrocientos mil Instagram sobre gatos, que disfrute mandando memes de felinos y que probablemente sea una crazy cat lady de manual. Visto así, tiene sentido que sea yo la que os traiga, una vez más, una reseña sobre gatos.

En esta ocasión le toca el turno a Lecciones que aprendí de mi gato, un librito pequeño y muy divertido en el que aparecen 100 consejos esenciales para aprender a vivir la vida siguiendo la filosofía gatuna. Cada consejo viene genialmente ilustrado por Jamie Sheman, una artista norteamericana que es también, como no podía ser de otra forma, una verdadera apasionada de los gatos.

Como podemos leer en la contraportada “nadie mejor que los gatos para enseñarnos a sacar el máximo partido de la vida”. Y es que, cualquiera que tenga un gato, sabe que estos felinos son los reyes del universo. ¿Os habéis fijado en un gato durmiendo? Son hipnóticos. Además, para ellos cualquier momento es bueno para echar una siestecita y observarlos es la mejor forma de liberar todo el estrés. ¡Dan tanta envidia! Pero no todo va a ser dormir, de los gatos podemos aprender muchas más cosas, como por ejemplo, aprender a relajarnos, a relacionarnos y a disfrutar al máximo la vida. Así que, si pensabas que un libro de autoayuda era la solución a tus problemas, te recomiendo mejor que te hagas con este libro y aprendas de los felinos, esos gurús peludos, a disfrutar sin condiciones.

Entre algunos de los consejos que aparecen en Lecciones que aprendí de mi gato encontramos el aprender a acicalarse de la cabeza a los pies, remolonear al sol, comer solo lo que nos apetezca, no malgastar energía, tener paciencia, no trabajar demasiado, perfeccionar nuestra cara de póquer, dejar huella allá donde vayamos o aprender a cuidar de nosotros mismos. Como veis son todos consejos de lo más útiles y que los gatos ponen en práctica en su día a día.

Lecciones que aprendí de mi gato es un libro tremendamente divertido que, acompañado de unas ilustraciones brillantes y llenas de humor no enseña, a través de la filosofía gatuna, a aprender a vivir la vida de una forma divertida. Seguro que los amantes de los gatos algo han aprendido ya de sus compañeros de cuatro patas, pero el resto de vosotros, insensatos, no sabéis lo que es la vida hasta que no tengáis a un gato por gurú. Dejad que los gatos se acerquen a vosotros.

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