Los cuadernos de Essaouira

Reseña del libro “Los cuadernos de Essaouira”, de Alfonso Vella

Los cuadernos de Essaouira

Hay algo en las biografías que siempre me ha fascinado. Muchos de mis libros preferidos son biografías o memorias, ya sean reales o ficción. Es esa honestidad, esa conexión con la primera persona, ese sentimiento de identificación que se establece con el narrador, quien abre corazón y mente para contar su historia. No puedo evitarlo, me encanta sumergirme en este tipo de libros y dejarme llevar por esa voz sincera.

Alfonso Vella ha jugado en Los cuadernos de Essaouira a ofrecer al lector unas memorias ficcionadas o una ficción en memorias, llámase cómo se quiera, y el resultado me parece, simplemente, brillante. Pero hay más en las páginas de este original libro y es que el autor, al mismo tiempo que nos sumerge en estas memorias, nos adentra en otras historias, digamos paralelas, que rodean a la narración.

Tan solo hace falta asomarse al prólogo para intuir lo que os estoy contando: “No soy la protagonista de este relato y juro por los venerables dioses de los ateos que tampoco lo he inventado”. Quien pronuncia estas palabras es Arabella Krumm, una joven que viene de pasar unas vacaciones en Barcelona. Allí, confiesa, ha conocido a Juan: el pianista del hotel donde se alojaba. Entre ellos surge una amistad intensa de seis días que, sin que ella pueda sospecharlo todavía, vendrá a remover su pasado. Justo antes de su partida, Juan le entrega un sobre: “Es un regalo que quiero hacerte”. En su interior, siete viejos cuadernos de tapas azules, manuscritos en tinta negra y numerados del uno al siete. Cuatro décadas de vida condensadas en esos cuadernos, la vida de Juan Scatagliota.

Así es como nos adentramos en la historia, las memorias. Tras este prólogo introductorio, Arabella cede la palabra a Juan, a quien acompañaremos a lo largo de la novela que se divide en los siete cuadernos en los que el protagonista relata su vida.
Juan narra, a lo largo de las páginas de estos ajados cuadernos, prácticamente toda su existencia. Transitamos por su infancia en el pueblo con sus padres y tíos. Los días de colegio, los juegos con los amigos, las conversaciones con los adultos que empiezan a abrirle su mundo. Juan descubre la historia de sus antepasados, los motivos que los trajeron a donde viven ahora, las consecuencias y el dolor de una guerra que se llevó consigo vidas inocentes, la dictadura que los encerró en una burbuja de represión.

Acompañamos a Juan a sus primeras lecciones de piano, sus días en el conservatorio, sus primeras borracheras. Días de música, de clásicos, pero también de jazz y rock. Y con la llegada de los años setenta, la libertad, los experimentos, la primera salida de su pueblo nada más y nada menos que a Ámsterdam, cuna de la liberación, de las drogas y de lo inexplorado. Allí, precisamente, conocerá a Lydia, su primer y gran amor.

Juan, convertido en un excelente músico, recibe entonces una oferta de trabajo como pianista en uno de los hoteles más lujosos de Essaouira y allí que se va con Lydia. Una experiencia que cambiará su vida por completo.

He pensado mucho cómo abordar esta reseña. ¿Debía contaros qué se esconde en cada cuaderno o quizás debería abordarlo como un todo?, ¿Es mejor tomarse Los cuadernos de Essaouira como unas memorias o es mejor abordarlo como una novela? Después de darle varias vueltas he llegado a la conclusión de que la respuesta no importa. Lo realmente importante es dejarse llevar por la voz de Juan y transitar con él estas memorias, este puzle de su vida que regala a Arabella Krumm.

Acompañar a Juan supone conocer su vida, pero también es un paseo muy interesante por la Historia. Es dejarse llevar y conocer a todas las personas que conforman a Juan Scatagliota: sus padres, Cándida, Rémy, el tío Beppo, Maia, Wilson, Karim, Maxi Joaquín o el inquietante Arsenio. Es ver crecer a aquel muchacho que tomaba las primeras clases de piano hasta convertirse en un excelente pianista. Es asistir al amor, al duelo, a la pérdida, al consuelo de las notas musicales y la esperanza.   

Todo estoy y mucho más se esconde en las páginas de Los cuadernos de Essaouira, de Alfonso Vella. Un libro hermoso, narrado con una elegancia tan natural que resulta imposible no conectar con Juan, no coger cariño a este hombre que se abre ante el lector.

Como os decía antes, a la historia principal, aquella que se narra en los cuadernos, se suman varias tramas paralelas que se irán desvelando poco a poco y que, os aseguro, os sorprenderán tanto como a mí. Sin duda, Los cuadernos de Essaouira es una delicia que hay que disfrutar pausadamente.

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