Reseña del libro “Los días de París”, de Banine
En Los días de París, la escritora francesa de ascendencia azerí Umm El-Banu Äsâdullayeva o más conocida como Banine, nos narra entre sus páginas, el capítulo de su vida que supuso la llegada a París, huyendo del ejército rojo que se había hecho con el Bakú de su infancia. Asimismo, este libro se trata de la segunda parte de memorias de la autora que se inició con Los días del Cáucaso recuperado del olvido de igual modo por Siruela en 2020.
Lo cierto es que estuve esperando la publicación de este libro desde que lo leí en la primavera de 2021. En ocasiones me he encontrado a mí misma pensando en la continuación de Los días del Cáucaso, una vez que la escritora se sube en el Orient Express para abandonar su vida de Azerbaiján (siento si puede ser un spoiler pero este punto de partida es el inicio del propio libro que consta en la sinopsis, no puedo eludirlo para escribir la presente reseña). Y digo su vida “de Azerbaiján” y no “en”, dado que la Banine que abandona su país natal no es la misma chica en la que logra transformarse en la capital francesa.
Reunida con algunos de sus familiares en la Ciudad de las Luces, todos venidos a menos en su fortuna petrolera, pronto se dan cuenta de que no son de provecho en nada. No han trabajado jamás y son un grupo de personajes muy variopintos pero avispados, de modo que con ciertas dificultades, se van haciendo paso entre los exiliados que alberga París. Por su parte, Banine empieza a saborear la tan ansiada libertad. Deja un marido que detesta en Estambul y está más que dispuesta a convertirse en una chica moderna. Para ello, encontrará varios trabajos y entablará otras amistades que la ayudarán a lograr ese objetivo.
Este libro es un mosaico del exilio parisino de tantos ciudadanos (gran parte de ellos, artistas bohemios y empobrecidos pero que formaron parte de la intelectualidad de principios del siglo XX) que provenían de Oriente de Europa: rusos, georgianos, azeríes, armenios… que se hacinaban en la capital francesa y crearon sus propias normas sociales. Ahí es donde se mueve Banine, junto con su inolvidable e hilarante prima Gulnar, dispuesta a ser mantenida por algún hombre rico, pero detractora de la monogamia. Gulnar la introducirá en la libertad amorosa que Banine nunca ha conocido y a ver la vida con la misma ligereza con la que la percibe. Debo añadir que por otro lado, lo que más me ha gustado es la pluma irónica de Banine, que se mantiene en ambos libros y es inevitable que nos arranque más de una sonrisa con sus ocurrencias.
Así pues, recomendaría tanto Los días de París como su primera parte a aquellos lectores interesados en los libros autobiográficos y sobretodo a aquellos que quieran conocer una parte del París de principio de siglo XX algo desconocida, la bohemia de los exiliados de la parte oriental europea, con sus fracasos y sus logros, su lucha por la integración, pero desde una óptica afilada e irónica. Una autora para descubrir ciertamente.