¿Para qué sirve la literatura?, de Antoine Compagnon

¿Para qué sirve la literatura? Qué pregunta nos plantea este libro. Las respuestas, porque no hay solo una, parecen fáciles. Cada uno de nosotros podríamos dar al menos tres o cuatro motivos de carrerilla sobre la utilidad de la literatura y, al mismo tiempo, que nuestras respuestas no coincidan. Propiamente, para algunos de los miembros de este blog literario la literatura tiene una utilidad profesional; para otros, se convierte en el objeto de su creatividad; y a todos nos resulta placentera y ociosa. Tú como lector coincidirás en argumentos similares. Como puedes comprobar, respuestas fáciles. Antoine Compagnon, quien se encargó de pronunciar este discurso académico como lección inaugural en su cátedra en el Collège de France en 2006, probablemente también pensaba igual. Aún así, lo cuestiona, es más, apela al lector a que reflexione sobre la practicidad de la literatura. ¿Eso quiere decir que no hay una respuesta tan fácil? ¿Es posible que la literatura necesite defenderse y explicarse para qué sirve? ¿Puede que no sirva absolutamente para nada?

Para los que realicen estudios literarios, lectores a los que gustará especialmente y les ayudará este libro —yo mismo llegué a este texto gracias a mi profesora—, les vendrá a la mente la pregunta teórica e histórica de cualquier manual sobre «¿Qué es literatura?». Entonces entramos en la polisemia del término y los distintos paradigmas —clásico, romántico, moderno, posmoderno— que han tratado la literatura. Bien, pues a esa cuestión, Compagnon une ahora la pregunta ya no teórica sino crítica de «¿Para qué sirve?». Decide centrarse en esta reflexión porque denuncia que la literatura ha mermado mucho en nuestra sociedad, ya sea en la escuela, en la prensa o en el ocio, atentado fuertemente por la distracción digital que resta tiempo que dedicamos a los libros. Puesta siempre en tela de juicio, la literatura cobra para Compagnon la importancia que, en su opinión, no puede conseguir ninguna otra disciplina narrativa como el cine, la filosofía o la propia historia. ¿Su arma? La lengua, afilado instrumento que deja libertad a la imaginación y a la propia deliberación moral a través del íntimo acto de leer.

La lectura reflexiva, como deja apreciar, cobra un papel fundamental en este discurso académico. Antoine Compagnon es, ante todo, lector y muchos de los textos que le han inspirado y servido para hacer su defensa y que incluye en este libro han sido también lecturas a las que yo he dedicado mucha atención. Así, compartimos el habernos introducido en los estudios literarios a través de textos de Italo Calvino, Èmile Zola, Harold Bloom o Roland Barthes, entre otros, para añadir a su postura los alegatos en defensa de la literatura que hicieron aquellos antes. Leer estas distintas voces repartidas a lo largo del discurso resulta una gozada para los que nos encanta la literatura y encontramos en ella muchas de las afirmaciones que ellos firman. Son de esas citas que subrayamos y señalamos con una nota de color y a las que acudimos siempre.

La acertada edición de Acantilado en la traducción de Manuel Arranz nos ofrece un texto crítico, un juicio valorativo de Compagnon que pone de relieve sobre todo la necesidad de la literatura como ejercicio de pensamiento del individuo y de la lectura como experiencia de las posibilidades que otorga. Más allá de su carga educativa o mero placer, la literatura nos aporta la amplitud de miras que se expande en nuestra imaginación, que es ahí donde somos cómplices de su verdadera utilidad. Viajamos gracias a ella, nos produce inquietud, desconcierto, alegría, piedad, nos exige pensarnos y nos permite pensar en el otro. Nos acompaña. Particularmente, recomiendo este libro a quienes cursan estudios literarios, seas alumno o profesor, por el valor de las citas a las que hace referencia el autor y por el tono académico empleado. Es en la escuela de base o en la superior donde resulta más necesario hacer defensa de la literatura. ¿Para qué sirve la literatura? de Antoine Compagnon puede convertirse en un buen libro a figurar en la bibliografía de consulta a lo largo del curso de estudios literarios.

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