Princesa de cenizas, de Laura Sebastian

El verano siempre suele ser una época en la que me pongo al día con mis lecturas ya que me paso horas y horas debajo de la sombrilla con un libro en la mano. Pero este verano ha sido diferente, el trabajo y muchos proyectos personales que tengo en marcha hicieron que mi tiempo se viera disminuido drásticamente. El tiempo que tenía libre prefería utilizarlo para hacer alguna excursión a la playa o simplemente para ver alguna serie. Algo que no implicara coger un libro. 

Y es que tengo épocas así, en las que por más que lo intento, no encuentro ningún libro que me atrape ni nada que no haga que a las dos páginas me quede dormida. Menos mal que ha llegado el otoño. El mal tiempo que hace en Cantabria me ha servido para pasar más horas en casa y así he podido reestructurar mi horario para sacar un hueco en el que tengo que leer sí o sí. Y no solo eso, sino que he tenido la suerte de encontrar libros que me han enganchado desde el principio y que han hecho que mi hábito se instaurara más rápido. 

Y sí, uno de los libros que me han ayudado es precisamente este del que vengo a hablar hoy, Princesa de cenizas, de Laura Sebastian. He de reconocer que las últimas novelas que he leído de este género no consiguieron engancharme tanto como hubiera querido. Y decidí darme un tiempo y dejar un poco de lado las historias distópicas, pero la verdad es que este libro empezó a tener tanto bombo en las redes sociales, comencé a verlo en tantos sitios, que quise leerlo. Porque yo soy así, pienso que luego todo el mundo va a hablar de ese libro y yo necesito tener una opinión formada sobre él para poder decir lo que pienso también. Y solo puedo decir que menos mal que me decidí a romper mi propia regla. 

La protagonista de esta historia es Theodosia. Era la hija de la Reina de la Llama y la Furia. Cuando todo estaba en calma llegaron los kalovaxianos y todo cambió. Mataron a casi todos los habitantes y lo invadieron todo. Y a ella, a Theodosia, la cogieron prisionera y la apodaron “La princesa de cenizas”. Así, día tras día, el káiser la humillaba delante de todo el reino poniéndole una corona de cenizas en la cabeza, que la dejaba llena de hollín. Además, cada vez que se enfurecía, la pegaba hasta que la pobre chica no podía más. 

Pero Theodosia se lo guardaba todo. Siendo bien pequeña aprendió que tenía que complacer al káiser para sufrir lo menos posible. Pero por dentro, a pesar de llevar esa ceniza que impregnaba toda su ropa, era todo fuego. Gracias a unos amigos empezará una rebelión en silencio con la intención de derrotar al káiser y alzarse con el poder que a ella, por sangre, le corresponde. 

Es una historia que me ha recordado muchísimo a La reina roja. Por la ambientación, la guerra entre dos reinos o razas, la aparición de poderes misteriosos (en este caso este tinte mágico lo hallaremos en unas piedras que le dan poderes a quienes las poseen). También encontramos a una chica que al principio parece estar muy perdida pero que después se convierte en el símbolo de una rebelión y nos topamos con una especie de triángulo amoroso en el que la protagonista se va a ver inmersa. Pero este triángulo amoroso no es lo importante del libro, os lo aseguro. De hecho, encontramos muy pocas escenas de amor. Lo que sí vamos a encontrar es estrategia, confidencias, desconfianzas, intriga, lucha y rencor, mucho rencor. Comparaba esta novela con la de Victoria Aveyard y, a pesar de que esta me gustó muchísimo, el libro escrito por Laura Sebastian han conseguido encandilarme más. 

Si bien es cierto que hay una parte de la novela que se me ha hecho un poco larga, antes de llegar a la mitad, después la acción va en aumento constante hasta llegar a un final completamente abierto que deja al lector con ganas de una segunda entrega. Para mí esto es un problema ya que yo tengo muy mala memoria y, para cuando salga el siguiente tomo, probablemente se me haya olvidado todo esto que os he contado. Así que solo pido que Montena no tarde demasiado en editar la siguiente parte porque yo no puedo más con esta intriga. Miento. También pido que no me vuelva a dar uno de estos bajones literarios y que, si me vuelve a dar, me tope de frente con un libro como Princesa de cenizas para que todo se arregle rápido y aquí no ha pasado nada.