Reseña del cómic “Quentin por Tarantino”, de Amazing Ameziane
No es ningún secreto que Tarantino es la puta polla. Que su apellido se ha convertido por méritos propios en un género cinematográfico en sí mismo. Que sus pelis se esperan con la misma ansia loca por todo el mundo como Feijóo sueña con unas vacaciones en barco con su amiguete y proveedor. Que siempre se espera de él una avalancha de “hijoputa” y vocabulario similar, sangre, violencia y un humor con segundas e incluso terceras lecturas en sus diálogos. No es ningún secreto, ciertamente.
Lo primero que yo vi de Tarantino, como casi todo el mundo, como la gente normal que no va a festivales de cine, fue Pulp Fiction. Su mejor carta de presentación. No voy a decir que me pareció la mejor peli que había visto hasta la fecha porque no soy de generalizar ni maximizar tanto las cosas, y ya sé que eso de alterar la cronología no era algo inventado por él, pero sí que fue quien mejor lo hizo. Tanto me impactó la cinta que me llevó a escribir un guión para un corto, curiosamente titulado Mamba Negra, cuando aún Kill Bill ni estaba ni se la esperaba.
Desde entonces sigo a QT como una grupi cualquiera y me trago todo lo que haya filmado aunque no siempre me guste, como es el caso de Érase una vez en Hollywood (en mi opinión la peli menos tarantinesca aunque él la sienta como su mejor obra), o todo lo que escriba (aunque tampoco me ha convencido su Meditaciones de cine, por cierto, con erratas como bovina en lugar de bobina –ya no se da empleo a los correctores en las editoriales o qué?–).
En fin, a lo que vamos, que a este paso no voy a hablar del cómic de hoy. Si sois tan fanáticos como yo de QT seguro que habréis leído alguna que otra biografía del autor (en Quentin por Tarantino mencionan que la primera se publicó cuando ¡solo había rodado dos cintas!). Pues bien. Esta es mejor aún que cualquier biografía que hayáis podido leer sobre el director. ¿Por qué? Porque te lo cuenta todo a ti. Directamente. Sin tapujos. Desde sus inicios archiconocidos trabajando como dependiente en videoclub (del cual compró todas su cintas, 9000, cuando cerró) hasta explicarnos porque le ha dado últimamente por escribir. De cómo se hizo un nombre; de todo el cine que ha mamado desde pequeño; de cuánto (mucho) de autobiográfico hay en sus pelis, de cómo detesta la falta de ambición en los guiones hollywoodienses y cómo tuvo que llegar él para dar su toque; de sus múltiples influencias y plagios/homenajes (Picasso y tal); de la elección de las músicas; de las colaboraciones con su amigo Robert Rodríguez; de cómo no dio su brazo a torcer cuando querían eliminar la escena de la oreja en Reservoir Dogs …
Quentin por Tarantino hace un megarrepaso profundo por las cintas del autor, pero también de los actores que le gustan y que ha elegido para aparecer dando vida a los personajes que a él le ha encantado inventar. Como dice en alguna parte, él, Tarantino, sabe hasta que ropa interior lleva Vincent Vega. No hace falta que el espectador lo sepa, pero sí que el espectador sepa que él lo sabe. Tarantino es, creo yo, más que un director, un creador de personajes. Todos tienen un pasado, unos gustos, una forma de hablar en su cabeza, con los que llena cuadernos y cuadernos que bien podrían ser novelas si se decidiera a pulir y publicarlas (cosa esta que será decisión de su hijo).
“Todo el mundo ha tenido tiempo de hacer su película de gángsteres parlachines, llena de referencias a la cultura pop. Y al cabo de 20 años, el resultado es claro. Yo soy el boss en este tipo de películas.”
Pero lo más importante de este cómic es que nos muestra la verdadera pasión y amor que el protagonista muestra y siente por el cine y la preocupación por trasladar al público exactamente la misma pasión y el mismo amor. Porque sabe lo que quiere, cómo lo quiere y cómo llevarlo a nosotros, y eso, que debiera ser lo normal, no suele serlo tanto.
Otro punto a favor de este gran libro es el dibujo. Las ilustraciones vertebran magistralmente la narración y dan fuerza a las palabras que salen de boca de QT.
Pero, pero, no empecemos a chuparnos las pollas porque también hay un punto negativo. ¿Por qué cojones tienen que aparecer censuradas palabras como negro o negrata, joder, hijoputa, puto o jodido (es difícil saberlo) y cosas del estilo? ¡Sí son cosas que cualquiera que haya visto una puta película de Tarantino sabe que son parte del vocabulario habitual! ¡No me jodas, anda! Eso mal. Muy mal.
Por lo demás, lo dicho, un cómic que es de obligada lectura y custodia como oro en paño para todo fan del director/escritor, motherfuckers y todo un acierto de Redbook Ediciones.