Semillas de amapolas, de Sonia Oval

semillas de amapolasHay dos palabras que me hacen leer un libro sí o sí: realismo mágico. Por esas palabras escogí Una sonata de verano y El retratista de los niños muertos, y gracias a esas dos palabras descubrí en Instagram una foto de la novela Semillas de amapolas y a su autora, la tinerfeña Sonia Oval.

Enseguida quise saber más de ese título tan sugerente. No solo era realismo mágico, también una saga familiar, otro de los géneros que más me atraen a la hora de elegir nueva lectura. Y en cuanto leí la primera página y vi la prosa preciosista de Sonia Oval, ya no tuve dudas: ¡Semillas de amapolas tenía todos los elementos para encantarme!

La historia comienza en 1871, con el nacimiento de Goya, una niña con la marca de una amapola en la mano, igual que la de su padre pirata; con ella consigue que las plantas que cultiva crezcan más grandes y jugosas. A partir de entonces, las mujeres de esta familia nacerán con la marca de la amapola en alguna parte del cuerpo y con capacidades fuera de lo normal: sanar, volar, cumplir deseos…; pero el miedo a ser cómo son las hará renegar de sus dones y las abocará a unas vidas miserables. Y el fantasma del antepasado pirata estará siempre tras ellas, intentando que se acepten y obligándolas a permanecer en la casa del bosque de Tegueste para cuidar del pozo cubierto de amapolas.

La historia de estas cuatro mujeres ocupa la primera parte del libro, doscientas treinta y nueve páginas plagadas de costumbrismo y magia. Me fascinaron. La segunda parte, de casi trescientas páginas, se centra en Alma, la última de esta saga familiar. A ella también le suceden cosas sobrenaturales, pero cree que se debe a una enfermedad mental inclasificable que le ha arruinado la vida.

Me ha gustado ese contraste: lo que las protagonistas de la primera parte de la novela se tomaban como magia o maldición, la mujer que vive en pleno siglo XXI lo ve como un trastorno mental. Sin embargo, me parece que, en comparación, se dedican demasiados capítulos a Alma y Semillas de amapolas se transforma en una novela romántica, que no es el estilo que suelo leer. Eso provocó que mi entusiasmo decayera, algo similar a lo que me pasó con Huracán, de Sofía Segovia. No obstante, para quienes no sean tan apasionados al género del realismo mágico como yo y prefieran las novelas contemporáneas, ese cambio de tono, que para mí es un punto en contra, para ellos será el punto a favor, una forma más ligera de adentrarse en un género que quizá desconozcan.

Pese a todo, creo que el final de Semillas de amapolas está a la altura de esta saga de mujeres asombrosas y, sin ninguna duda, me quedo con ganas de leer muchos más libros de Sonia Oval. No es habitual encontrar hoy en día autoras que se manejen tan bien como ella en el realismo mágico, así que no pienso perderle la pista.

5 comentarios en «Semillas de amapolas, de Sonia Oval»

  1. Para mí, una de las mejores novelas que he leído últimamente. Para mí es fundamental que me enganché, y esta lo ha hecho. Esas ganas de querer leer el siguiente capitulo para ver qué pasaba, hacía tiempo que no lo sentía. Y por supuesto, lo mágico, ese realismo mágico que te coloca en cada época que va narrando el libro, en cada una de ellas, desde Goya hasta Alma…..Y la parte romántica para mí imprescindible…..En definitiva esperando a la próxima novel de Sonia Oval. Un beso muy grande y muchas FELICIDADES !!!!!

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  2. Me enganchó tanto, que no podía dejar de leerla ni siquiera cuando le hacía la comida a los niños. Ha sido un libro mágico que no se lee desde fuera, sino dentro del mismo. Bravo por la autora.

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