Reseña del cómic “Sobre la tiranía”, de Timothy Snyder y Nora Krug
Voy a contarte una historia. En Alemania en 2002 secuestraron a un niño de 11 años. Tras cobrar el rescate, el supuesto secuestrador fue detenido con el dinero, pero no quiso decir dónde tenía escondido al niño. Se sabía que estaba bajo tierra, en un zulo, en el que no había apenas oxígeno, por lo que había que actuar con rapidez. La única manera de dar pronto con el paradero del niño y salvarle la vida era torturar al secuestrador. ¿Qué crees que hicieron? ¿Y qué habrías hecho tú? Quien defiende la tortura, niega que los Derechos Humanos sean realmente inviolables. Y al dejar entrar la excepción, lo quiera o no, renuncia a una de las mayores conquistas de la humanidad, que protege al individuo frente a los abusos del Estado. Porque, que te quede claro: las personas y los grupos criminales no son el único peligro, ni el más grave. El mayor peligro es el propio Estado. Lo demuestran los regímenes totalitarios y dictatoriales del siglo XX, algo que refleja muy bien Timothy Snyder en su breve ensayo: Sobre la tiranía. Veinte lecciones que aprender del siglo XX, ilustrado ahora por Nora Krug en la nueva edición de Salamandra Graphic.
Vivimos bajo la constante amenaza de sucumbir a la tiranía. ¿O acaso tú no has coqueteado con la idea de renunciar a la prohibición de la tortura? No rechazarla tajantemente es dar un paso hacia la creación de un cuerpo especializado de torturadores y a extender su uso, de casos excepcionales a unos más normales, para hundirse finalmente en el pantano de la tiranía. Lo sabe bien Timothy Snyder, profesor de Historia especializado en el nacionalsocialismo alemán y el comunismo ruso, espectador crítico de la actualidad política estadounidense. Por eso, empuña la pluma para redactar Sobre la tiranía con el claro objetivo de impedir que nuestras democracias deriven en regímenes autoritarios y tiránicos, como ya ocurrió en el pasado reciente. Nos transporta a momentos clave de la historia europea del siglo XX, como la Alemania de 1933 o la URSS de 1946, donde se están gestando gobiernos profundamente antidemocráticos, para ayudarnos a reconocer los aspectos esenciales de ese proceso y de esta manera impedir que se repita y luchar contra él.
Pero no esperes que se recree en detalles sobre lo ocurrido. Éste no es un libro de historia, sino más bien un recetario con consejos para aprender de la historia y no sucumbir a la tiranía. ¿Y qué aconseja? Que defiendas las instituciones, tribunales, periódicos o sindicatos. En su mejor versión, estos te ayudan, pero necesitan a su vez tu ayuda. Requieren que defiendas el sistema de multipartidos y que cuando toque votar, pienses siempre que nunca se sabe si será la última vez que habrá elecciones, que te resistas y no cooperes como un empleado público obediente o un empresario aprovechado, que los tiranos tienen el poder porque se lo hemos dado y no funcionaría si policías, abogados, jueces, médicos, empresarios y demás nos negáramos a hacer nuestra parte. Que leas periódicos y apoyes la prensa seria, haciéndote socio, pagando una cuota; que colabores activamente en organizaciones y contribuyas así a hacer fuerte a la sociedad civil; que conserves la calma y no dejes que se aprovechen de tu miedo, para instaurar la excepción que luego se hará norma. Y quizás lo más difícil, haz contracultura: no hables como ellos ni compartas sus imágenes, pues no son más que propaganda que les da poder, resiste y protesta contra su uso de palabras como “excepción”, “emergencia”, “terrorismo” o “extremista”.
Sobre la tiranía es breve y de fácil lectura, pero no es en absoluto rápido. El estilo gráfico de Nora Krug es tan poderosamente evocador y bello que cuesta mucho pasar página sin detenerse a disfrutar del arte de esta ilustradora. Y eso por no hablar del texto, del que puedes extraer una colección gigantesca de citas, como la que da fin al libro. “Si ninguno de nosotros está preparado para morir por la libertad, todos moriremos bajo la tiranía”.