Toda la verdad de mis mentiras, de Elisabeth Benavent

Toda la verdad de mis mentirasEs complicado explicar muchas veces porqué llegas a determinadas lecturas o a determinados autores… En más de una ocasión les he dicho que, en general soy quien recomienda libros a mis familiares y amigos, pero también tengo que decirles que me ha salido grata competencia.

Por un lado está mi padre que un día dio el salto a la novela histórica y en la actualidad podría nombrar a muchos más autores que yo en este género. Por otra parte está mi hija, que cada día me sorprende más en este mundillo literario.

Cuando tienes hijos y te dedicas a esto de amar la literatura, vas acompañando a tus pequeños lectores, sus primeros álbumes ilustrados, seguidos de los primeros cuentos, el salto a la novela infantil, el paso a la juvenil más las lecturas conjuntas de todo lo que se le obliga o recomienda leer en su etapa escolar… Luego vuelan y se independizan.

Por motivo de sus estudios, he visto a mi hija manejar amplios volúmenes jurídicos, libros de historia, de filosofía. Con poco tiempo, y quizá con pocas ganas, de entrar en la novela tradicional… Tarde descubrí que no le gustaba la novela de ficción. Y entonces llegan esas nuevas fórmulas, que todos creen que les alejan de la lectura y la escritura, entre las que se encuentra Internet, y resulta que les acerca no solo a una nueva novela experiencial y entretenida, sino que además les arrastra a otros mundos como el de la poesía.

Y así, a través de mi hija es como conozco a Elisabeth Benavent.

Elisabeth Benavent, sí, la escritora de la Saga de Valeria de la que parece que pronto habrá una serie televisiva. La autora que muchos de ustedes no han oído ni leído, pero a la que leen sus hijas e hijos universitarios o bachilleres para poder desconectar y pasar un rato entretenido con la lectura. Una escritora que ha vendido millones de libros, que se inició en este mundillo con la autoedición y el buen manejo de las Redes Sociales… Estudió comunicación audiovisual y su especialización en comunicación se deja notar en todo lo que hace. Pero también es verdad que para vender ese volumen de ejemplares, y que una editorial como Suma se fije en ti, debe haber algo más, y eso es lo que he querido descubrir compartiendo con mi hija esta lectura de su último libro, Toda la verdad de mis mentiras.

Claro que para llegar a esto he investigado un poco sobre esta autora nacida en los ochenta, devoradora de Sexo en Nueva York a la que le gustan Pessoa y Salinas, que lee a Nabokov, Isabel Allende y Miriam Keyes, una mujer que escribe pensando en el lector, y de alguna forma también escribe para ella, porque en definitiva escribe los libros que a ella le gustaría leer.

Sus lectores, en general, tienen una decena menos de años, los llamados Milenials, y de ellos, y de sus vidas, y de su día a día hablan sus libros. En Toda la verdad de mis mentiras, nos habla de un grupo de amigos que se reúnen para pasar unos días juntos en vacaciones con el fin de organizar una especial despedida de soltera a una de ellas, Blanca.

Efectivamente escribe de manera atractiva, fresca, desenvuelta y directa, muchísimos diálogos que enganchan al lector, y sí, yo diría que su fascinación por Sexo en Nueva York se puede ver reflejada en su manera de estructurar el eje central del libro. También me ha parecido muy interesante la forma de tratar el tema, o mejor dicho, el contenido sexual. No lo introduce de manera específica sino que lo une de manera lógica al resto de la historia sin obviarlo pero tampoco dándole más desarrollo que el necesario para hacerlo de forma natural, pero como dice ella en tono “erótico festivo”

Me llama la atención encontrar dentro de la historia a un poeta, y por ende tanta poesía escrita por la propia autora. Me dice mi hija que no es algo habitual en los libros que ella ha leído, pero es cierto que en este libro tiene bastante presencia. Sin embargo no resulta extraño a la propia historia, ni a la trama. Yo creo que la autora sabe que muchos de los jóvenes que la leen están también atrapados por la nueva poesía que hoy nos están acercando jovencísimos poetas como Miguel Gane, Elvira Sastre, Defreds, Loreto Sesna o nuestra querida Ana Segarra.

En Toda la verdad de mis mentiras los personajes entiendo que están desarrollados para la utilidad que tienen que dar a la historia, pero ni una información de más encontraremos. Las relaciones interpersonales son muy intensas, como se corresponde con la edad de los protagonistas. La vida a borbotones de jóvenes comunes como los que todos conocemos, diversos, no me extraña que enganche a la gente más joven, así es como viven, y creo que les gusta sentirse reflejados. Algo de amor, algo de sexo, algo de amistad, algo de feminismo… Chicos que ya analizan cuándo se está cosificando a una amiga, chicas a las que les cuesta andar por el camino de la igualdad. Nadie es perfecto, nadie es mejor ni peor… Y todo esto con color, estilo y buen humor.

Y sí, claro, entiendo que haya quien, para evadirse y pasar un rato entretenido, lea a Elisabeth Benavent.

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