Wonder Woman: Tierra Muerta (Integral)

Reseña del cómic “Wonder Woman: Tierra Muerta (Integral)”, de Daniel Warren Johnson

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La continuidad lastra. DC tiene sagas que rezuman grandes ideas pero que soportan la carga de ingentes cantidades de paja insustancial. La coherencia de un mundo coarta el genio del autor. El multiverso suavizó la rigidez. El junco doblándose ante el viento, pero sin romperse. Los héroes DC podían vivir en otras épocas y estar inmersos en situaciones totalmente novedosas. La gente moría y era tan irreversible como en la realidad. Sin cura milagrosa, sin oportuno viaje en el tiempo. Estás muerto. Game Over. Con estas historias independientes y autoconclusivas los autores por fin tenían libre albedrío. En estos otros mundos Batman se enfrentó a la cabeza del Joker y descubrió que los villanos podían vencer. Mientras tanto, a varios mundos de allí, Superman se convirtió en el adalid de la Unión Soviética. El sello DC Black Label engloba algunos de esos relatos. Lugares cruentos, increíbles u oníricos desarrollados con total libertad creativa. Gracias a esto una Wonder Woman con amnesia recorrerá una Tierra que se ha convertido en un desierto nuclear en busca de respuestas, de supervivientes y de esperanza.

Wonder Woman: Tierra Muerta, publicado por ECC, es una historia de fracaso, búsqueda de esperanza y redención. Una mini serie de cuatro números donde los mayores superhéroes del mundo fracasaron y donde los humanos se vieron abocados a vivir en las sobras de una Tierra que no soportó el egoísta festín del Homo sapiens. Cuando los lectores metemos la nariz en el cómic nos topamos con un grupo de esos supervivientes que buscan víveres con los que alimentar a su comunidad. Morir de inanición es solo una de las adversidades a las que se enfrentan. Ahora el mundo está poblado de haedras: monstruos deformes y terriblemente sanguinarios que una vez encuentran una presa no cejan en su empeño hasta cazarla. Mientras escapan de una de esas abominaciones encuentran una gruta secreta con un extraño sarcófago. De su interior surge una mujer capaz de derrotar a la haedra. Diana despierta de un sueño que ha durado cientos de años. Su mente está quebrada, su memoria son retazos despedazados. Comienza un viaje por el pasado y por el presente para que las piezas encajen y todo cobre sentido.

El dibujante y guionista de Wonder Woman: Tierra Muerta es Daniel Warren Johnson. El prolífico artista capaz de escribir, dibujar y crear portadas espectaculares puso su nombre en el mapa del universo de los cómics gracias a Extremity. La guerra ancestral entre dos tribus en un mundo postapocalíptico y fantástico encumbró al artista por méritos propios. Con el cómic que hoy nos ocupa consolida ese lugar. Nuevamente retoma el recurrente tema del enconamiento de las guerras. Bandos que no son capaces de llegar a un término medio. El orgullo por encima de todo y más allá, como epílogo, la total aniquilación. La necesidad del perdón. Pero esta vez añade un mensaje ecologista a la ecuación. Un tema tan oportunista como necesario que añade un punto de denuncia así como un mensaje de esperanza lanzado directamente al lector desde la última viñeta. Pero para llegar hasta ahí hay mucha tela que cortar y otras tantas curvas que tomar.

En Wonder Woman: Tierra Muerta la belleza de las palabras contrarresta la brutalidad de las imágenes. Un equilibrio entre el bien y el mal que discurre entre viñetas de pura genialidad. Un ejemplo toma a Steve Trevor como protagonista. Daniel Warren Johnson apenas necesita un par de viñetas y un poco de texto de apoyo para mostrarnos el amor y la fe que Diana siente por la raza humana. Bondad sin condiciones. Y mientras la mitología de Wonder Woman se va creando a golpe de recuerdos, mientras el autor construye sobre una base, pero añade su particular visión con pedacitos de originalidad, juega con la fe ciega de la protagonista y con la de los lectores. La portada en la que se muestra la puerta de la Fortaleza de la Soledad, con una enorme pintada que reza Where are you? hace que alma se te caiga a los pies. ¿Qué paso con Superman? ¿Cuáles fueron las últimas acciones de Batman? Para hallar respuestas Diana se verá obligada a dar un salto de fe, escoger bando e, incluso, unirse a una de sus mayores enemigas.

En lo que concierne al apartado visual de Wonder Woman: Tierra Muerta solo puedo decir que es tan brutal como delicioso. Daniel Warren Johnson diseña una Wonder Woman que se aleja de lo que usualmente vemos en un cómic de la princesa guerrera de las amazonas. Diana deja de ser una miss América made in California con pelucón moreno para mostrar una belleza exótica, mediterránea con incluso rasgos africanos. Una diosa imponente repleta de humanidad. En la recta final del cómic, a lomos de Pegaso y portando como arma una columna vertebral, parece sacada de una de las portadas más delirantes del grupo de música Manowar. Cuando se enzarza en una batalla no se anda con hostias, lo da todo, sus golpes son brutales y las vísceras abundan. Eso nos lleva a una de las luchas más descomunales que se ha visto en mucho tiempo en un cómic y que es una de las claves del misterio de ese mundo que ha vuelto al medievo. La estética del cómic recuerda a una película Ghibli pasada a través del inmisericorde filtro de El Puño de la Estrella del Norte. Por consiguiente, el autor consigue que el lector se vea inmerso, como un voyeur de lo calamitoso, en medio de batallas multitudinarias. Mike Spicer coloreando pone la guinda al pastel realizando un trabajo soberbio en lo que indudablemente es uno de los mejores cómics de la Mujer Maravilla.

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