Primavera helada

Primavera helada, de Kyung-sook Shin

Primavera heladaLos motivos que llevan a uno a acercarse a un libro son múltiples y muy variados, y no siempre igual de confesables. En el caso de Primavera helada me llamó la atención que se publicitara como un fenómeno editorial de Corea del sur, país del que culturalmente apenas conozco nada y precisamente por eso sentí curiosidad. ¿Qué clase de novela se lee en Corea del sur?, me pregunté, como probablemente ahora se pregunten ustedes, pues una francamente hermosa. Una historia de amor y amistad, de amor como amistad y de amistad como amor, una atmósfera muy oriental en la que una colección de personajes de ojos rasgados para así evitar que se les derrame la inmensa melancolía que encierra sus miradas, personajes inadaptados se envuelven en una difusa capa de lirismo y tristeza que les hace mucho más atractivos en un libro de lo que probablemente serían como personas vivas porque en papel disfrutamos de sus alegrías, sus obsesiones, sus lealtades y su incapacidad para llevar una existencia normal como si fueran las nuestras, podemos identificarnos con ellos mientras que de conocerlos realmente los definiríamos como en determinado momento lo hace uno de ellos: “nosotros somos raros”.
¿Y saben por qué son raros? Pues porque su capacidad de amar sobrepasa con mucho a su capacidad de ser felices, porque su compromiso con los demás es muy superior al que mantienen consigo mismos. Y mantener ese compromiso a la vez con los seres queridos vivos y con los seres queridos ausentes es probablemente una tarea imposible de sobrellevar sin daños colaterales sobre uno mismo. Pero estos personajes que se unen alrededor de la atractiva figura del profesor Yun, profesor y poeta, lo intentan y aunque no tienen un éxito mucho mayor del esperable, lo cierto es que el tono vital y optimista de la novela, que no obstante es dura en ocasiones, contagia cierta positividad al lector que se suma al evidente disfrute que lleva aparejado una historia que por encima de cualquier otra consideración es hermosa.
Decía que estos personajes inadaptados, tiernos y leales se cohesionan alrededor de la figura de un profesor y eso es algo que me gusta especialmente, la contrastación de que aun existen, aunque sea en la imaginación de idealistas como Kyung-sook Shin, profesores con vocación de maestros y alumnos con vocación de discípulos. Si leen este libro préstenle atención al San Cristóbal del profesor Yun, no lo olvidarán.
Primavera helada no es sólo la búsqueda personal de sus protagonistas, hay otros temas de esos que se suelen calificar de grandes. Se retrata una historia convulsa a través de la cual se introduce el drama de los desaparecidos, de la represión, se esboza una descripción desasosegante de la instrucción del ejército de Corea del sur, de las fuerzas especiales, y se sorprende con un drama global que me van a perdonar que no desvele para que su descubrimiento en la novela no sea menos demoledor que el que experimenté yo, que por otro lado es la forma más parecida a como se descubre en la vida real.
Kyung-sook Shin nos regala con Primavera helada una historia de amor que tiene el grandísimo mérito de ser diferente. Amor hay en la novela incondicional siempre, aunque no siempre correspondido, amor hay en la novela de fronteras difusas con la amistad y sobre todo hay amor que florece en las palabras, que se expresa de forma delicada y que conmueve tanto como emociona.

Andrés Barrero
andres@librosyliteratura.es

 

3 comentarios en «Primavera helada»

  1. Actualmente lo estoy leyendo, el libro fué un regalo que recibí de una persona que normalmente no elije libros o no es habitué de la lectura por lo que desde ya estaba emocionada por su contenido y más aún cuando leí el autor puesto que tampoco conozco mucho sobre la cultura Coreana. Aunque recién estoy en la parte 3 (respiremos) admito que estoy totalmente atrapada por ésta novela. Saludos ?

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