Bikinis, fútbol y rock & roll, crónica pop bajo el franquismo sociológico (1950-1977), de Adrian Vogel

bikinis futbol y rock & roll«Los viejos rockeros buscaron otra verdad

se burlaron de la tradición.

Guitarra y vaqueros sembraron libertad

nos dieron la música

como una nueva forma de luchar».

Canción: Los viejos rockeros nunca mueren (1979), de Miguel Ríos.

 

Esta estrofa de Miguel Ríos podría ser el resumen más corto y, a la vez, perfecto de Bikinis, fútbol y rock & roll, crónica pop bajo el franquismo sociológico (1950-1977), de Adrian Vogel. Pero olvidaríamos los bikinis y el fútbol, que también forman parte importante de esta historia.

¿De qué historia? De la nuestra, claro. La de la España de la segunda etapa del franquismo. Quizá muchos no la hayamos vivido, pero la vivieron nuestros padres. Así que sí, es la historia de todos. Porque las transformaciones sociales que se fraguaron en esos años, y lo que se quedó enquistado también, conforman lo que es hoy en día nuestro país.

 

«Todos hablando de hombres ilustres

y de Elvis Presley nadie habla jamás».

Canción: Presumida (1961), de Teen Tops.

 

Adrian Vogel no nos cuenta por enésima vez nuestra historia en versión NO-DO, ni tampoco con el mismo enfoque económico y político de los ensayos y libros de Historia. No, Vogel prefiere hablarnos de esas turistas que se saltaron las reglas de la moral y la decencia bañándose en bikini en la playa, de los quebraderos de cabeza del Régimen cuando la selección de fútbol española tenía que jugar contra la URSS o de los intentos de sabotaje a los Beatles durante su visita a Madrid en 1965.

La crónica de Adrian Vogel se centra en el aspecto popular, en los gustos y aficiones de la gente de a pie que, con sus pequeños gestos, abrieron el camino a grandes cambios. Porque cuestiones como el bikini, el fútbol o el rock & roll, que hoy en día vemos como pasatiempos intrascendentes, supusieron un soplo de aire fresco para la constreñida sociedad franquista. Dejarse llevar por esas modas que llegaban del extranjero fue el acto subversivo de toda una generación. Y es de eso de lo que nos habla Bikinis, fútbol y rock & roll, crónica pop bajo el franquismo sociológico (1950-1977): cómo se resquebrajó esa mayoría social que se había identificado tanto con el franquismo que lo había convertido en una forma de vida.

La exposición de datos que realiza Adrian Vogel es profusa: conferencias, exposiciones, festivales, películas, artistas de moda, fichajes estrella de los equipos de fútbol, campeones de liga, entradas y salidas de miembros en las bandas de rock & roll, listas de éxitos musicales desde los años 40 hasta los 80 para ver la evolución de gustos de los españoles… Esto puede provocar dos reacciones en el lector: que esté encantado porque reconozca esos nombres y hechos y le haga recordar algunos que había olvidado; o que se abrume con tantísima información. En mi caso, reconozco que la lectura de algunos capítulos se me ha hecho demasiado densa. Hubiera agradecido menos enumeraciones, datos y cifras, y más narración de acontecimientos y de anécdotas del propio autor, que estuvo presente en varios eventos significativos de la época.

No obstante, es indiscutible el valor de Bikinis, fútbol y rock & roll, crónica pop bajo el franquismo sociológico (1950-1977), tanto por la cantidad de información cultural que aglutina en un solo volumen como por su reivindicación de prestar atención a lo popular para entender el verdadero sentir de una generación y un país.

Porque por mucho que algunos se empeñen en menospreciar la cultura, siempre ha sido y será la herramienta por excelencia de comunicación universal. Esa capaz de traspasar fronteras y unir a pesar de las diferencias. Esa que se instala en la cabeza de la gente corriente y, de pronto, hace que vean la vida desde otro punto de vista.

Es probable que esos que hacen de menos a la cultura teman su poder silencioso, por eso se esfuerzan tanto en que el resto no la tomemos en serio. Así que no les hagamos caso. Leamos Bikinis, fútbol y rock & roll, crónica pop bajo el franquismo sociológico (1950-1977) y recordemos la fuerza que tienen los pequeños hombres y sus pequeños gestos para cambiar nuestra sociedad.

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