Ciudad de mujeres, de Elizabeth Gilbert

Ciudad de mujeresEs una delicia el hecho de que cada vez más autores se animen a publicar novelas con mujeres fuertes y diferentes como protagonistas, sobre todo, cuando estas novelas están ambientadas en épocas pasadas. De algún modo le están dando voz a las mujeres que en siglos anteriores no tuvieron la ocasión de hacerlo por el machismo y los prejuicios de aquellos años.

Como ya he tenido la ocasión de comentar en otras reseñas, me encantan las novelas ambientadas en otros periodos de la historia porque me permiten viajar a épocas con un encanto especial y vivir situaciones que hoy en día es prácticamente imposible revivir; y me encantan las novelas protagonizadas por mujeres porque sus problemas suelen ser los míos y, por lo tanto, me es mucho más sencillo sentirme identificada. Por eso, cada vez que me entero del lanzamiento de un libro que cumple estas características, me lanzo de cabeza a por él. Unos me gustan más, otros menos, pero es casi una apuesta segura. Y así es como llegó a mis manos la nueva novela publicada por Elizabeth Gilbert, Ciudad de mujeres. La autora es conocida por el libro Come,reza, ama llevado a la gran pantalla por el omnipresente productor, guionista y director de cine y televisión estadounidense, Ryan Murphy, y protagonizada por Julia Roberts y Javier Bardem.

La novela cuenta la historia de Vivian, una anciana de unos 90 años que recibe una carta de la hija de un antiguo amigo informándole de la muerte de su padre y pidiéndole información sobre el tipo de relación que mantuvieron en el pasado. Por eso, nuestra protagonista decide responderle con una larga carta en la que le cuenta su vida desde que llegó a Nueva York en 1940, en plena Segunda Guerra Mundial, con tan solo 19 años. Sus padres la mandan a la ciudad de los rascacielos desesperados por la apatía de la joven ante sus estudios en el prestigioso Vassar Collage, con la esperanza de que la excéntrica hermana del padre, Peg, pueda encauzarla. Vivian se irá a vivir al decadente teatro propiedad de su tía Peg, el Lily Playhouse, y allí, entre coristas, bailarinas y actores de segunda tendrá la oportunidad de demostrar sus dotes como modista haciendo la ropa para las funciones pero, sobre todo, descubrirá la noche y la fiesta neoyorquina, el alcohol y el sexo.

La gente te dirá que no derroches tu juventud en un exceso de diversión, pero se equivocan. La juventud es un tesoro irremplazable y la única cosa respetable que puede hacerse con un tesoro irremplazable es derrocharlo. Así que haz lo correcto con tu juventud, Vivian: dilapídala

El periodo y el lugar elegidos por Elizabeth Gilbert para contar su historia, funcionan. A pesar de que sobre los años de la Segunda Guerra Mundial se ha escrito mucho, en este caso será solo un contexto que determina la vida de sus personajes, pero el foco está puesto en Nueva York y en el mundo del espectáculo. Esto último, es lo que marca la diferencia en la novela y es su mayor acierto. A lo largo del libro podremos ocultarnos entre bambalinas y sentirnos parte de la vida glamurosa, anárquica e incierta de los artistas. También es muy interesante el esbozo que se hace sobre la evolución de la moda gracias al trabajo de la protagonista y el papel que ésta ha jugado a lo largo de los años para definir el lugar de la mujer en la sociedad.

El otro gran acierto de Gilbert es la voz de su protagonista. Si bien puede llegar a chirriar en algunos momentos que una anciana hable tan abierta y detalladamente sobre sus relaciones sexuales, también resulta de algún modo fresco y singular que una mujer se defina como promiscua y nos hable sobre sexo más que sobre sentimientos. Vivian es directa, franca y con un punto irónico y algo cínico que conquista. Está además muy lograda su evolución a lo largo del libro y es que la vamos crecer, rebelarse y hacer autocrítica con el sentido del humor necesario para relativizar las situaciones negativas en las que a veces nos vemos inmersos. Si bien el peso de la historia lo tiene ella, el resto de personajes también están bastante bien perfilados y generan interés por sí solos, especialmente Peg y Celia, la corista amiga de Vivian, marcada por su llamativa y exótica belleza, que es un arma de doble filo.

En la vida de una mujer, llega un momento en que se cansa de sentirse culpable todo el rato. Y, a partir de ese momento, es libre de convertirse en quien de verdad es

En el estilo de la autora destacan especialmente unos diálogos mordaces y francos que nos acercan a los personajes facilitando la tarea de empatizar con sus circunstancias y comportamientos, lo que hace que aunque hay cierto exceso de páginas, esto se olvide en pos de una voz potente, un ambiente mágico y una historia que poco a poco te va enganchando.

Ciudad de mujeres es un libro que refleja a la perfección la sororidad y el empoderamiento femenino gracias a unos personajes entrañables y carismáticos adelantados a su tiempo que luchan por sus sueños y viven como quieren hacerlo repudiando las normas de una sociedad que los encasilla y trata de frenarlos por su género.

 

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