El club de los execrables, de Malcolm Otero y Santi Giménez

el club de los execrablesNo hay nada como morirse para que hablen bien de uno. Y todavía más si ese uno es un personaje público. De inmediato, se produce una amnesia colectiva y selectiva, y el finado acaba convertido en santo —a veces, literalmente—, con independencia de lo que hubiese hecho en realidad. Pero Malcolm Otero y Santi Giménez no entran en ese juego, qué va, si no que aprovechan su programa de radio para darle un repaso a su vida, haciendo hincapié en esos comportamientos indeseables que lo caracterizaban y que ya nadie se atreve a mencionar. Así nace El club de los execrables, el lado oscuro de los personajes más idolatrados de la humanidad, un libro que recopila cuarenta y cinco de estos obituarios tan particulares.

Malcolm Otero y Santi Giménez no se cortan en tirar por tierra la reputación de los personajes más admirados, pero lo hacen con tanta gracia que se les perdona. Además, por lo que cuentan, la mayoría de ellos tienen más que merecido ese descrédito público. Las anécdotas que relatan los autores en El club de los execrables demuestran que haber alcanzado grandes logros o haber tenido un talento increíble no quita que uno fuera una persona odiosa. Y lo que es aún peor, que más de una vez, ni siquiera esos logros fueron reales, sino una invención de los protagonistas para pasar a la posteridad.

Que los políticos no suelen ser ejemplares, todos lo tenemos bastante claro; pero por si todavía cabía alguna duda, Otero y Giménez nos hablan de las contradicciones, vicios o corruptelas de Churchill, Suárez, Eisenhower, De Gaulle, Mitterrand, Reagan, Fraga, Castro o Thatcher.

Por desgracia, tampoco se libran los paradigmas de la bondad humana, ya que Teresa de Calcuta, Juan Pablo II y hasta Mahatma Gandhi tenían muchos trapos sucios que esconder.

Y por mucho que los admiremos profesionalmente, existen muchas personas despreciables en el mundo del cine y la música; Steve McQueen, Errol Flynn, Alfred Hitcock, Marlon Brando, James Dean, Elvis Presley y Jim Morrison son algunos de los miembros de este club de execrables.

De igual manera, más de uno de nuestros admirados escritores tienen un lado oscuro, oscurísimo, o raro, rarísimo; es el caso de James Joyce, Ernest Hemingway, Patricia Highsmith, Camilo José Cela, Pablo Neruda o Evelyn Waugh.

Ni siquiera se libra Hans Christian Andersen, y para seguir destrozándonos la infancia, Malcolm Otero y Santi Giménez también desmontan a los héroes de nuestra niñez, como Félix Rodríguez de la Fuente y Jacques Cousteau.

Para rematar, ni aquellos que nos han hecho reír se caracterizaban por ser precisamente simpáticos y divertidos en su vida privada; se unen a El club de los execrables Charles Chaplin, Peter Sellers, Cantinflas y Charlie Rivel.

Si queréis conocer las fechorías de todos estos personajes y unos cuantos más, no os perdáis este libro, aunque os aviso de que ya no los volveréis a mirar con los mismos ojos y, quizá, tampoco a sus gestas y obras. Ese es el peligro de conocer a la persona que hay detrás del personaje, que lo bajamos de los altares y hasta lo hundimos en el peor de los infiernos. Sin embargo, nunca está de más poner a cada uno en su lugar, ya sea vivo o muerto, anónimo o famoso, incluso diría que es necesario. Y mientras otros no se atrevan, ahí estarán Malcolm Otero y Santi Giménez,  desenmascarando a los execrables y echándose unas risas a su costa.

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