Gótico

Reseña del libro “Gótico”, de Silvia Moreno-García

Siempre hay un libro que marca un antes y un después en la carrera de un escritor. Ese libro fue La quinta estación en el caso de N. K. Jemisin. O El ferrocarril subterráneo, de Colson Whitehead. El caso que nos ocupa hoy también entra dentro de esta categoría: obras que marcan un punto de inflexión en el devenir de un autor. Lo lanzan fuera de la liga en la que antes jugaban y los fans se multiplican expectantes ante lo siguiente que dicho escritor decida publicar. Cuando Silvia Moreno-García decide publicar Gótico el año pasado como su  séptima novela, dudo que sospechara que las cosas iban a cambiar tanto para bien. Ganadora en la categoría de mejor novela de terror de 2020 en Goodreads, desde su lanzamiento la novela de Moreno-García no ha hecho más que acumular premios y nominaciones. Tras haber leído la novela, puedo entender el fenómeno editorial que está provocando. Un relato gótico que usa los tropos del género pero siendo tan consciente del momento en el que vivimos que no podría haberse escrito antes. Un viaje en el tiempo sin quitar la vista al presente desde el que se ha escrito. Quiero explicaros por qué todo el mundo parece haber caído bajo el embrujo de esta novela y qué la convierte en una opción de cara a los mejores títulos del año.

Noemí Taboada tiene una misión: debe ir al rescate de su prima Catalina. Tras las nupcias con el heredero de una familia inglesa en horas bajas, Catalina ha desaparecido de la vida de los Taboada, refugiándose en High Place, la mansión familiar de los Doyle. Una carta pone sobre aviso al padre de Noemí sobre la posibilidad de que no todo marche bien en el joven matrimonio. Al llegar Noemí a la mansión, una hostilidad inesperada será la que la reciba. Casi todos los miembros de los Doyle la ven como una intrusión, pero no solo cosas de este mundo serán quienes la rechacen. La propia casa también formará parte de esa comitiva que quiere a Noemí fuera de sus muros. Sueños extraños, una niebla que quiere hacerla desaparecer y un brillo dorado que se cuela en su habitación de noche son la constatación de que la carta de Catalina no era producto de una mente febril, sino de un episodio de lucidez dentro de la locura que esconde High Place. Poco a poco, el duro carácter de Noemí la hará perseverar en sus pesquisas, descubriendo la horrible verdad que esconden las paredes de esta mansión.
 
La ambientación en esta novela es abrumadora. Lo digo muy en serio. Pocas veces me he encontrado una novela donde se haya puesto tanto detalle a la hora de sumergir al lector dentro de lo que se cuenta. Utiliza los tropos de la novela gótica de una forma magistral. No cansa, ni saca al lector del relato, sino que lo lleva a revisitar dichos lugares como si fuera la primera vez. Lo nuevo que aporta Moreno-García a este conocido género son unas ideas sociales que permean la obra de una forma maravillosa. Se habla de colonialismo a la hora de justificar la fortuna de los Doyle, una riqueza basada en la minería explotando a trabajadores mexicanos. Se habla de racismo y de eugenesia. Hay lugar para la misoginia, el incesto y la megalomanía. Gótico no es un libro excesivamente extenso y, sin embargo, logra tocar todas estas teclas sin parecer un mero escaparate de ideas y sin dejar a la historia y sus personajes tirados en el arcén. Consigue levantar con un estilo sólido y una protagonista imbatible una novela que en manos de otro hubiese hecho aguas a partir de los pocos capítulos. La novela no sólo convence, sino que prevalece gracias a su aportación al género del terror gótico, convirtiéndose en un referente desde ya.
 
Los lugares son las personas que los habitan. Desde Casa de Hojas no me encontraba con un espacio con tanto por contar. Una comunicación basada en argamasa y espectros que intenta llegar a cualquiera que ponga el oído en la pared con la idea equivocada de escuchar lo qué sucede en la habitación de al lado. Silvia Moreno-García conjura un ejercicio de arquitectura emocional en el que el horror orgánico se vuelve vaso comunicante. Hay algo podrido que se extiende por la casa. Algo que rasca las paredes y que forma una simbiosis no solicitada entre continente y contenido. Gótico es la historia de cómo somos incapaces de abandonar ciertos lugares o ciertas ideas, y del precio que pagamos por ello. Es una novela sobre aquello que invitamos a entrar en nuestras vidas, aquellos que dejamos quedarse más tiempo del necesario. Y es que no hay revelación más funesta que darse cuenta que la mansión apunto de derrumbarse somos nosotros y que el huésped que cobijamos nos sobrevivirá mucho tiempo después.

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