Hombre y Doncella

Reseña del libro “Hombre y Doncella” de Edith Nesbit

Hombre y Doncella

No sabéis lo agradecida que estoy de escribir reseñas. Además del hecho de poder disfrutar plenamente de la lectura o descubrir otros géneros, dedicarme a esto también me permite conocer a nuevos autores y autoras a los que quizás nunca hubiera tenido acceso.
Tengo mucho que agradecer a Marta Sarrión Lana por su incansable defensa de las voces femeninas en la literatura. Gracias a ella y a su traducción de La chica del espejo pude conocer a la magnífica Elizabeth Garver Jordan, una autora que había permanecido inédita en español hasta entonces y a la que, sin duda, merece la pena conocer gracias a esa novela llena de intriga y suspense.

Edith Nesbit, quien firmaba sus obras como E. Nesbit con el objeto de no ser reconocida como mujer (dato que ya nos dice mucho), nació en 1858 en Kennington, Londres. Le tocó vivir el apogeo de le época victoriana, así como aquellos años más libertinos. Edith, quien siempre quiso ser escritora y poeta, no dejó nunca de escribir, aunque las circunstancias no fueran las más favorables. Edith tenía que cuidar de su familia: un marido enfermo y cinco hijos y, además, atender la casa. ¿Dónde quedaría en esas circunstancias la habitación propia de la que hablaba Virginia Woolf? A pesar de todo, Edith fue fundadora de la sociedad Fabiana, que más tarde sería el Partido Laborista Británico y, como os decía antes, no cejó en su empeño de escribir. Y menos mal porque, aunque las antologías de escritores de la época no la recojan, merece mucho la pena descubrir a esta interesante mujer con una voz literaria muy propia y bien definida. Quien, además, ha influenciado a autores como J.L Travers, C.S Lewis o J.K Rowling. Lo cierto es que adentrarse en sus escritos ha sido para mí todo un placer.

Hombre y Doncella recoge en sus páginas trece relatos de la autora británica. Trece relatos sumamente originales que condensan a la perfección la esencia de la escritora. Conocerla a través de estos relatos es conocer también su época de la mano de una retratista de lujo. Y es que si algo tienen en común los relatos de este libro es el romance entre las parejas convencionales que normalmente se resuelve con el típico final feliz victoriano. Pero no es todo romance en sus relatos, la fuerza de sus diálogos, la descripción de los ambientes y los retratos psicológicos de los personajes son, sin duda, los puntos fuertes de esta escritora.

Podría hablaros de todos los relatos que componen este libro, porque de verdad que todos me han parecido fantásticos, pero corro el riesgo de alargar demasiado esta reseña, así que voy a dar unas pequeñas pinceladas sobre aquellos que más me han gustado.

El primer relato, titulado La herencia embrujada, en el que el joven Lawrence recibe una herencia de su tío abuelo que debe ser compartida con su primo Selwyn es realmente original. Con tintes góticos, misterio y con un giro final totalmente inesperado, este relato se encuentra sin duda entre mis favoritos. También he disfrutado con El extraño que es observado, un relato que refleja muy bien el ideal victoriano de la época y las imposiciones de las mujeres de entonces. El ermitaño de los tejos nos cuenta cómo el joven Maurice Brent decide alejarse de la sociedad una temporada para acabar encontrando el amor en el lugar más inesperado. La tía y el editor es un simpático relato sobre una joven aspirante a escritora cuyo entorno esconde más secretos de los que pudiera imaginar. O la historia de La señorita Mur, una impecable crítica a la sociedad de la época.

Lo cierto es que no hay relato en Hombre y Doncella que no me haya gustado, que no haya conseguido despertar en mi la curiosidad o las ganas de leer. Casi todos ellos tienen ese final feliz que se espera, pero en ocasiones la autora nos sorprende con alguna que otra vuelta de tuerca. He disfrutado todos ellos sin excepción, pues el encanto de este libro reside en el carismático estilo literario de Edith Nesbit, que hace que te sumerjas en sus historias sin apenas darte cuenta.

Todo un descubrimiento literario conocer a Edith Nesbit. Ojalá que gracias a esta traducción muchos lectores lleguen a ella y conozcan a esta mujer tan interesante que no lo tuvo nada fácil en esa época y en aquellas circunstancias y que, aun así, fue capaz de obsequiarnos con libros como Hombre y Doncella. Aunque es una lástima pensar todo lo que nos habremos perdido dentro de la literatura femenina por estos motivos, hoy voy a celebrar el placer de contar con autoras como Edith Nesbit, quienes no dejaron nunca de hacer lo que realmente les hacía felices.

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