La naturaleza de las brujas

Reseña del libro “La naturaleza de las brujas”, de Rachel Griffin

La naturaleza de las brujas

Imaginad que nuestro mundo estuviera dividido en brujas y sombríos (personas sin poderes), y que el poder de las brujas estuviese vinculado a las estaciones. Sin embargo, el poder de las brujas no es suficiente para mantener estable el clima, pues los sombríos, poco a poco, con sus acciones y su irresponsabilidad, han ido destruyendo el planeta.

Pero hay una bruja, solo una, vinculada a todas las estaciones. Ella es Clara, una siemprebruja, y eso implica ser poderosa y también peligrosa, porque su magia es tan inmensa como incontrolable. Ella es la única que podrá salvar el planeta. Pero, ¿será capaz Clara de confiar en sí misma y en su poder? ¿Podrá evitar que el mundo se sumerja en el desastre? ¿Estará dispuesta a anteponer el deber al amor y la felicidad?

¿Qué os parece la premisa de la que parte La naturaleza de las brujas? Interesante, ¿verdad? Rachel Griffin apuesta fuerte al ofrecernos una historia con toques sobrenaturales protagonizada por brujas, pero que al mismo tiempo toca un tema de suma importancia hoy en día: el cambio climático.

La verdad es que encontrarse con una historia como esta es algo enriquecedor, pues la autora presenta un tema que nos afecta a todos, nos hace ser conscientes de nuestros actos a lo largo de las páginas para que nos replanteemos si estamos actuando de forma adecuada con nuestro medio ambiente. Y no solo eso, sino que para darle un toque fantástico, nos habla de las brujas como mujeres y hombres que viven entre nosotros. Criaturas capaces de controlar los elementos, pero sin llegar a ser lo suficientemente poderosas como para lograr que el clima se estabilice. Por eso Clara es nuestra salvadora, una joven tan insegura como indestructible, con muchos fantasmas del pasado que le pesan y la paralizan.

¿No os resulta tremendamente original y atrayente esta novela a la que ha dado forma Rachel Griffin? Ya sabéis que yo adoro todo lo que tenga que ver con brujas, pero no me esperaba algo así. De hecho, me he sorprendido disfrutando de todos los detalles que iba encontrando en cada capítulo. Además, la forma de escribir de la autora es una delicia. Su prosa es delicada, sutil, descriptiva, reflexiva y directa en muchas ocasiones. Y sí, la conexión que he sentido con Clara ha sido auténtica y profunda. He conseguido meterme dentro de su piel y sus pensamientos, sufriendo así por lo que ha causado por dejar fluir su esencia, lo que ella es —porque Clara es otro fenómeno descontrolado de la naturaleza— y primero debe aprender a adaptarse a sí misma, a autocontrolarse y a aceptar lo que conlleva ser una siemprebruja, para ser capaz de ayudar al resto del mundo y solucionar los problemas que nos ahogan.

Por otro lado, me ha encantado el romance slow burn que podemos saborear entre Clara y Sang, lo bien construidos que están los personajes y cómo la historia tiene representación LGTBI sin ser forzada. También, el hecho de que la novela esté dividida en estaciones y que cada capítulo comience con una frase que nos obliga a reflexionar son detalles que me han resultado fascinantes. Esas frases sobre Clara y su poder nos empujan a entenderla y a lograr esa conexión tan importante y necesaria con ella a lo largo del libro. Y es que aunque Clara sea una bruja única y poderosa, en realidad no deja de ser una joven solitaria e insegura que ha perdido a sus seres queridos por culpa de aquello que la hace ser quien es. Y eso la está matando por dentro. Lo peor es que debe convivir con ese peso y encima es consciente de cómo cambia su personalidad con cada estación, tanto que puede pasar de sentir una gran pasión por alguien a indiferencia en cuestión de segundos una vez que pasa el equinoccio. 

¿No os habéis sentido así alguna vez? Yo sí, en mi adolescencia, una época de cambios constantes y de la búsqueda de nuestra propia identidad. Por eso mismo considero que esta no es sólo una novela sobre brujas y cambio climático, sino también una historia sobre la búsqueda de uno mismo, sobre lo que implica encontrarse en constante cambio y cómo podemos, poco a poco, aprender, madurar y aceptarnos a nosotros mismos con nuestras virtudes y defectos.

En definitiva, La naturaleza de las brujas es una novela autoconclusiva para leer despacio y perderse en su agradable ambientación mientras acompañamos a Clara en su viaje de autoconocimiento y aceptación. Una historia que nos deja reflexionando sobre el cambio climático que estamos sufriendo y cómo podemos poner de nuestra parte para frenarlo.

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