La sabiduría de los mitos: Heracles

Reseña del cómic “La sabiduría de los mitos: Heracles”, de Luc Ferry y VV. AA.

heracles

Ya dije hace un par de meses, cuando reseñaba Hércules 1417, que no me canso de leer y releer mitología (es casi lo único que me permito releer ante la gran cantidad de lectura “nueva” que tengo siempre pendiente). Y es que siempre hay pequeñas aportaciones nuevas, o no tan nuevas pues puede que se incluyan detalles fieles al mito original que con los años han ido quedando en el olvido. O no. Puede que se trate de ideas de la cosecha propia del autor que hacen que la lectura sea en esencia lo que ya sabemos, pero cuyas variaciones provocan que, a la vez, sean algo ligeramente distinto.

Y también casi siempre se aprende algo. Entre otras cosas (y parece mentira que tenga que ser a estas alturas) me entero gracias a este cómic de que Heracles significa gloria de Hera, nombre que llevaría tras consultar el oráculo –hasta entonces era Alcides– para purificar el crimen cometido por culpa de, precisamente, la muy perra de Hera. Que una puede ser cornuda, y mucho, siendo la mujer del picha inquieta de Zeus, el playboy por excelencia del Olimpo (que también es cierto que sin los calentones del viejo del rayo la mitología griega se quedaría en cuatro páginas), pero coño, no mates vía locura transitoria a los hijos, mujer y sobrino del pobre Hércules. Cántale las cuarenta a tu marido y apechuga con ello.

A diferencia de Hércules 1417, preciosísimo volumen en todo lo que un libro pueda serlo y en donde solo se nos hablaba de los famosos trabajos, en este Heracles se va a repasar toda su vida de pe a pa. Desde que a Zeus lo que le pica no es la entrepierna sino la necesidad de tener un representante en la Tierra para “garantizar la armonía cósmica”, hasta que muere por la historia de la capa y es recibido y aceptado en el Olimpo como uno más del selecto club. Por cierto, Zeus, casi peinando canas parece algo tontito en este punto preguntando cosas de primero de divinidad: joder, eres el puto dios de todos los dioses que pululan a tu alrededor y no sabes a quién enviar, cómo hacerlo, a quién tirarte para engendrar al semidiós…

A partir de ahí vamos a conocer los pasos previos al nacimiento de Heracles: Anfitrión, Alcmena, la historia del zorro veloz, la intervención del señor de la caja de rayos que ya ha espabilado un poco, y todo lo que sigue. Veremos que Alcides en ocasiones no controla su fuerza y provoca alguna que otra muerte, y que también tiene algún arrebato de orgullo que provoca alguna que otra guerra entre pueblos. Sea como sea, poco a poco va labrándose una fama de hombre valiente y extraordinariamente fuerte.

Heracles es un cómic impresionante. Ya solo su tamaño, su cuidada edición (me encantan las guardas con el dibujo del panteón griego posando al completo con sus nombres al lado) y la espectacular portada con Hércules sujetando al temible Cerbero son dignos de un héroe de su categoría. Pero es que además el guion se toma su tiempo para contarnos lo que necesita contar sin prisa, y ponernos en unos entretenidísimos antecedentes.

Además, hay momentos en los que la narración se mueve entre el presente y el pasado, hecho que se agradece por romper ligeramente el tiempo lineal al que estamos acostumbrados y sorprendernos en el buen sentido.

El dibujo es rotundo, fuerte, expresivo y no escatima en momentos sangrientos ni en buenos fostiales. El color es también el correcto, sin ser llamativo, cumple y encaja con las viñetas y con los distintos estados emocionales.

Por otra parte, al final de este tomo hay un pequeño apéndice, “Heracles, un héroe paradójico”, en el que se explica con mayor detalle la trascendencia filosófica de nuestro prota, el significado cosmológico de sus doce trabajos…

Heracles es un cómic que me ha dejado muy buen sabor y que gustará tanto a los fans del personaje, como a los amantes de la mitología, a los lectores de aventuras, y a los que quieran disfrutar de buenas historias por muy antiguas que estas sean y por mucho que conozcan al héroe.

Parece que este es el primer número de una colección que Yermo va a dedicar a una serie de mitos. Habrá que estar muy atento a sus próximas publicaciones. Yo no me lo perdería, y espero que vosotros tampoco.

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