La señora March

Reseña del libro “La señora March”, de Virginia Feito

La señora March

Es curioso cómo nuestros orígenes o el trato que recibimos en nuestra infancia puede marcar toda una vida. En el caso de la señora March y, después de leer esta novela, nadie puede negar que esto ha influido en la persona que es en el momento que transcurre la acción. Y es que lo que más me ha sorprendido de esta novela es que esta protagonista, que pone nombre a la novela, es de los personajes más odiosos con los que me he encontrado hasta ahora en un libro.

Egoísta, caprichosa e insegura, siempre está buscando la aprobación de los demás. Además, es incapaz de amar a nadie y desconfía de todo el mundo a su alrededor. A pesar de que tiene una vida aparentemente feliz para la época (parece ambientada en la década de los 60) y de ser la envidia de muchas mujeres por tener un esposo escritor famoso y con talento, da la impresión de que nunca está contenta con nada. Que nunca tendrá la vida que le hubiera gustado tener.

Y es precisamente el último libro de George, que parece estar basado en ella y que presenta a una prostituta fea, aburrida, egoísta y bastante tonta, lo que la lleva a empezar a ver cosas donde posiblemente no las haya. ¿O sí las hay? Y esta es la pregunta que me he hecho a lo largo de la lectura. Porque las constantes obsesiones de la señora March, que se suceden capítulo tras capítulo a medida que avanzas con la lectura de la novela, se terminan convirtiendo en auténticos delirios.
Lo que más me ha interesado de la novela, dejando aparte el misterio alrededor del libro y un asesinato que marca el desarrollo la trama, ha sido la parte psicológica que encierra el personaje.

¿Cómo llega la señora March a ser quién es? ¿Cómo se portó su familia con ella? ¿Cómo fueron los inicios de su matrimonio y su posterior maternidad? En definitiva, cómo llega alguien a tener una inestabilidad emocional tan grande que la termine conduciendo hasta la peor de las locuras. Lo que importa es la historia que está detrás de una mujer tan preocupada por las apariencias, el motivo por el cual acaba desarrollando en su vida adulta una personalidad débil, infeliz, tremendamente desconfiada e inundada de pensamientos irracionales que la impiden vivir en paz.

La narración de Virginia Feito en La señora March te traslada a una atmósfera oscura, claustrofóbica y que pone los pelos de punta. Aunque, en realidad, a donde te transporta es al universo propia de la protagonista, al interior de su mente, cada vez más perturbada. Cada escena, cada capítulo, es aún más oscuro que el anterior, va ‘in crescendo’, y hace que te preguntas constantemente hasta dónde puede llegar el personaje y qué es real y qué no. Es absorbente, abrumadora y agobiante en multitud de ocasiones, acompañando al ritmo de la novela y su maravilloso final. Porque no podía haber acabado de otra manera un thriller psicológico como este…

La señora March me ha parecido una lectura diferente que me ha hecho pensar mucho en los límites que nos definimos a nosotros mismos cuando la vida no es lo que nos esperábamos. Cuando sentimos una soledad inmensa. Cuando no nos sentimos aceptados ni amados por nuestros seres queridos. Cuando nuestros pasos nos conducen a un punto de no retorno, en el que no sabemos si lo que vemos es la realidad o cómo podemos pararlo. Un espacio en el que la locura se convierte en un lugar seguro, el único en el que es posible ser nosotros mismos. O, al menos, así es para la señora March.

2 comentarios en «La señora March»

  1. Aquí estoy con ella. Intrigado y tratando de averiguar en qué época se desarrolla, yo también había pensado que estaba en los años 60, pero la mención de cubo de rubik me ha descolocado, ya que no creo que sea un error de la autora ya que este no se comercializó hasta 1980

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  2. Es un libro interesante y bien escrito, pero confieso que tras leer tantas críticas que lo ponían por las nubes esperaba una trama más interesante,más tipo thriller o novela negra. Es más algo a medio camino entre Sra Dalloway de Virginia Woolf y Los Renglones Torcidos de Dios de Luca de Tena.

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