Llamadas de mamá

Reseña del libro “Llamadas de mamá”, de Carole Fives

Llamadas de mamá


Voy a empezar, como cierta polémica vez de hace mucho tiempo, hablando de la faja. “Nunca me había reído tanto con un libro”, dice la susodicha esta vez. Ya sabía de este libro, había leído la sinopsis y lo tenía en la lista de “me apetece, pero…” siendo el pero algo, no sé el qué, inidentificable, que no me acababa de decidir hasta que en la librería vi esa seductora frase, a gran tamaño, cubriendo el libro, que fue la que me dio el empujón definitivo.

El humor, como el terror, es algo muy subjetivo, lo sé, pero leyendo la faja casi te esperas que al leerlo te caigas al suelo descojonado de la risa. Y no. No fue así. Sin ir más lejos, sin pensar mucho, con Wilt, me reí mucho más. El libro es divertido, eso es innegable, y tiene su gracia y sus momentos porque capta y reproduce fielmente situaciones de la realidad de las relaciones entre madres e hijos en las que uno se reconoce, pero no es el descojone padre. No.

Llamadas de mamá es una lectura adictiva, un soliloquio entretenido, fresco, dinámico, que mediante llamadas diarias y/o mensajes en el contestador va a permitirnos conocer a una madre peculiar como ella sola pero igual a la mayoría de las madres también, con llamadas que un día dicen blanco y al siguiente todo lo contrario y que llenan todo el libro con su omnipresencia dejando al finalizar este la sensación de haber inundado toda la casa.

Las reacciones de la hija ante el parloteo diario en el que asistiremos impotentes al inventario de los sucesos, opiniones, gracias y desgracias no las vamos a conocer pero las imaginamos, no es difícil (qué pesada, otra vez con lo mismo,…) y nos va a resultar sumamente fácil ponernos a ambos lados de la línea telefónica y comprender a madre e hija.

Una madre divorciada en la sesentena, con una economía no muy boyante, bipolar, diagnosticada de cáncer, con algunos momentos de depresión, tristeza y soledad, adicta al tabaco y a encontrar a un hombre (no perfecto, simplemente uno que le corte el césped al jardín y le lleve de compras) en las múltiples apps en las que se ha inscrito, con ganas de vivir a tope todo lo que pueda mientras se encarga de recordar a sus hijos que le queda poco, con una amiga con la que tan pronto se enfada como hace las paces…

“No me hace ninguna gracia que NUNCA me cojas el teléfono cuando te llamo. Me llamas cuando necesitas algo, pero cuando no necesitas nada, bah, ni contestas.
Pues ya está, era yo, mamá.
Adiós”.


Conoceremos sus miedos cuando es diagnosticada de cáncer, sus angustias con la quimio, sus andanzas con la gente del hospital, sus lloros, su autocompasión, sus críticas y rabietas, su sensación de incomprensión por parte de sus hijos, los sacrificios que hace en Navidad cuando a pesar de lo poco que tiene de pensión es capaz de darles algo a sus hijos, las cosas de las que se arrepiente haber hecho o no en la vida, sus recuerdos… Vamos: su humanidad al completo.

Pese a lo que pueda parecer, no es para nada triste. Al contrario. Llamadas de mamá es un libro que desprende vitalidad, optimismo, ilusión por el futuro y por vivir la vida plenamente sin miedo, apostando incluso por equivocarse hasta el fondo si es lo que toca, porque es mejor eso que arrepentirse de no haber hecho nada por miedo.

Un libro para comprender, para ponernos en el lugar de nuestras madres, quizás para recordarlas y homenajearlas, y, sobre todo, para disfrutar con su lectura.

1 comentario en «Llamadas de mamá»

  1. Seguro que es muy fácil identificarse con las distintas situaciones. También puede ser útil para mejorar esa relación que siempre damos por eterna.
    Saludos.

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