Maldición

Reseña del libro “Maldición”, de Jenni Fagan

Maldición

Hemos crecido con el mito de la bruja malvada, esa que hacía magia negra y pactos con el demonio para dañar a la gente de bien y comerse a los niños. Pero, en realidad, las llamadas brujas solo eran mujeres sabias, sanadoras o que se atrevían a alzar la voz de una manera u otra para cuestionar el orden establecido. Por eso las acusaban de todos los males habidos y por haber y las mataban.

La caza de brujas fue un episodio mucho más terrorífico que esos cuentos infantiles. Centenares de mujeres murieron injustamente. Y Maldición —una novela de tan solo ciento una páginas que la editorial Alba acaba de publicar con una cubierta preciosa— se basa en un caso real: el de Geillis Duncan, una de las setenta víctimas de los juicios de North Berwick, celebrados en el año 1591.

La autora, Jenni Fagan, adereza con fantasía esta historia real para que Iris, una mujer del siglo XXI, inicie una sesión de espiritismo y contacte con la propia Geillis la noche antes de su ejecución. Ambas protagonistas se van alternando en la narración, que avanza en esa cuenta atrás hacia el fatal desenlace.

De este modo, Geillis, una joven comadrona y curandera, relata quién la ha denunciado, por qué, a qué torturas la han sometido y a quiénes ha llegado a acusar para dejar de sufrir. Iris, aparte de acompañarla y darle consuelo en sus últimas horas, le cuenta cómo andan las cosas por el siglo XXI. Y no me cabe duda de que muchas de las barbaridades que menciona son noticias reales que Jenni Fagan ha escogido para demostrar que, por mucho que la situación de las mujeres haya mejorado, siguen padeciendo injusticias inconcebibles, además de infinidad de imposiciones absurdas de las que, al menos, ya nos vamos librando.

Maldición es un homenaje a Geillis Duncan como representación de las mujeres empoderadas que a lo largo de los siglos han sufrido el ataque del patriarcado hasta las últimas consecuencias. Jenni Fagan no se pierde en sutilezas: ha escrito un relato directo de reivindicación feminista, en el que no faltan simbolismos y una prosa bella. Entiendo la vehemencia de los personajes, sobre todo por la situación en la que se encuentran, y aunque comulgo con la mayoría de las ideas y reflexiones, reconozco que me chirriaba cuando Iris habla de los hombres como si fueran un conjunto indivisible al que temer. Pasando esto por alto, la narración es cautivadora y se puede leer del tirón la novela entera, aunque recomiendo degustarla poco a poco.

En cuanto a la fantasía, solo es un medio para hablar de la realidad y, por mucho que nos pese, el desenlace está anunciado desde el principio. Por todo ello, Maldición es una novela para dejarse llevar, sin esperar giros imprevisibles, pero con disposición para indignarse por lo sufrido por Geillis Duncan y tantísimas otras mujeres. Aun así, la emotividad se impone, pues el lazo de amistad entre Iris y Geillis atraviesa los siglos para regalarnos esperanza.

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