Nima, de Enrique Fernández

Dos mundos separados es el leitmotiv de este precioso cómic de Enrique Fernández. Tanto en el argumento de la historieta, mostrado bellamente con unas pinturas goaché deliciosas, como lo que representa en sí la línea y catálogo de esta editorial, ECC, hogar de los superhéroes de DC que, en su línea, digamos, independiente, ofrece unos títulos de una elevadísima calidad artística completamente alejados del marco de acción del comic book norteamericano de los Batman y un largo etcétera. Van a ser unos cuantos cómics los que rescate de esta sección de su catálogo y que poca visibilidad mediática suelen tener pero que, si buscas en ellos una buena historia y un dibujo excelente, vas a hallar unos libros ideales para llenar tus librerías de material gozoso. El camino de estos títulos independientes de ECC ya lo inicié con El dios vagabundo de Fabrizio Dori, divertida y artística reinterpretación del dios Pan y uno de sus sátiros en el mundo contemporáneo. Ahora le toca el turno a uno que me ha sorprendido y maravillado muchísimo: Nima, de Enrique Fernández.

En Nima se nos ofrece un cuento de fantasía en el bosque donde habitan las ninfas. Durante generaciones, han vivido separadas del mundo de los humanos a los que, solo por perpetuar la especie, atraen a algunos hombres al bosque, los seducen y yacen con ellos para inmediatamente después matarlos. Unas rígidas y ancestrales costumbres que han permitido que ambos mundos, el de las ninfas y el de los humanos pervivan sin llegar a juntarse. Nima es una joven ninfa que debe iniciarse en el ritual de apareamiento. Se le ha proporcionado un hombre con el que yacer, pero su encuentro va a descubrirle la capacidad de amar a un humano. El amor como lenguaje universal incluso entre especies distintas y enfrentadas será el que intentarán defender estos dos jóvenes incomprendidos y deseosos de explorar otras posibilidades y formas de pensar el mundo y que luchan, a su vez, contra las férreas tradiciones de cada uno de sus pueblos.

El tema principal del amor imposible entre dos jóvenes de especies (familias) rivales nos remite al drama shakesperiano, pero la lectura que nos ofrece Enrique Fernández en esta historia va mucho más allá. El acto de apareamiento es un acto del todo forzoso, cuyo único fin es el de perpetuar la especie ninfa, castigada en el pasado a vivir encerrada en su bosque. Los hombres que son “entregados” a cada una de las ninfas, llegan engañados por unos seres fantásticos, pequeñas bestias que realizan la labor de proxenetas de cada una de sus ninfas que luego tendrán que seducirles. La idea ancestral de posesión y pertenencia de la especie femenina queda marcada de modo muy llamativo aun bajo la óptica de seres fantásticos del bosque. Durante el desarrollo de la historia se ofrecerán otras intrahistorias que amplían la mitología fantástica de estos seres.

El trabajo artístico de Enrique Fernández es impecable. Ha diseñado unos personajes con una naturalidad fantástica a través de unas ilustraciones preciosas que hacen que al abrir el libro sientas la sensación de evasión y magia que evocan los mundos maravillosos que dibuja. Cada página de este libro se convierte en una pequeña obra maestra. Es imposible no dejarse seducir por las ilustraciones que realiza ni por el uso del color tan característico que emplea. Se vale de la técnica de pintura goaché para llenar de color y pinceladas sueltas unos dibujos rebosantes de magia, donde los ríos, las rocas, los árboles y cada uno de los seres que pueblan esos bosques fantásticos crean una explosión de emociones al lector. Muy a tener en cuenta los libros de arte de esta obra y los vídeos en su canal de Youtube donde puedes comprobar el trabajo de coloreado de alguna de las páginas del cómic. Esta obra, además, vio la luz en papel gracias al sistema de mecenazgo impulsado por Spaceman Project, sello vinculado a la editorial ECC. Yo me sumo a esta iniciativa recomendando Nima por la importancia, sensibilidad y laborioso trabajo artístico de Enrique Fernández en la creación de este bellísimo cómic.

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