Rhapsody in blue

Reseña del libro “Rhapsody in blue”, de Andrea Serio

rhapsody in blue


No me gusta el jazz y eso que le he dado varias oportunidades en distintos momentos. En realidad, tampoco es que me disguste especialmente. Soporto algunas canciones sueltas, no necesariamente las más conocidas, e incluso a veces me pongo para escribir o inspirarme cual Picasso una selección made in mí mismo, pero un disco entero me satura. Está muy bien como fondo de las antiguas pelis de cine negro, con la voz en off del antihéroe de turno, y, por supuesto, en blanco y negro. Esas pelis que te dan ganas de ver siempre con una botella del mejor burbon de Texas.

De esas elegidas que componen mi particular selección, por supuesto no falta la canción de casi diecisiete minutos de George Gershwin. Es preciosa. Ese comienzo tan reconocible con el clarinete, seguido después de trombones, trompas, trompeta, piano… Esa mezcla tan peculiar y aparentemente caótica y desordenada de jazz y música clásica, tan rompedora en sus tiempos como ahora, tiene algo indiscutiblemente bello, puro, misterioso y revitalizante. Así la veo y así la siento yo.

Al grano. Rhapsody in blue, el cómic, es una colección de viñetas que bien podría haber pintado Hooper pues están llenas de espacios silenciosos, a veces íntimos, a veces enormes como las postales de edificios o barcos de guerra; repletas de (poca) gente que se encuentra en cafeterías semivacías al atardecer o en rutinarias caminatas cerca del campamento militar. Incluso los paseos dibujados por la ciudad se perciben lentos. Son escenas que representan perfectamente un estado de ánimo no triste, pero sí melancólico, con la simple captura de momentos cotidianos que todos realizamos a lo largo del día y que bien podrían estar colgadas en las paredes de un museo de arte moderno o en las de nuestra propia casa. El uso de colores suaves, como previos a la puesta de sol, ayuda a encajar, y a contrastar, mejor el tono de la cruda historia que se nos va a contar. Una historia que es real.

Eso en cuanto a la forma. El fondo nos narra cómo el fascismo italiano imitó las leyes raciales de Alemania y comenzó a perseguir a los judíos del país de la bota.

“Cati, ¿ya se te ha olvidado lo que nos ha hecho nuestro país? ¿Lo que sigue haciéndonos? Nuestro país ha elegido, y ha querido ser fascista.”


En agosto del 38 Andrea Goldstein está a punto de comenzar la carrera de Medicina, pero se ve obligado a buscarse la vida exiliándose a Estados Unidos. Con el tiempo conseguirá llevar una vida normal en Nueva York, aunque no deja de arrastrar a diario consigo la lógica e irremediable melancolía propia de los emigrantes forzosos.

Con la Segunda Guerra Mundial, Andrea tendrá la oportunidad de volver a su país para luchar contra los fascistas como ciudadano norteamericano.

Lo he dicho y lo repito porque creo necesario enfatizarlo: melancolía es la palabra clave de este estupendo y preciosista cómic. Una melancolía perfectamente comprensible ya advertida desde el mismo título (blue) que no lastra en absoluto el placer de su lectura sino que lo acentúa y que es lo que le da mayor valor.

Rhapsody in blue es una lectura agradable, emocional, bien contada y sobre todo bien dibujada, que deja un sabor agridulce en sus últimas páginas, cuando descubrimos que todo lo contado ha sucedido en realidad, pero que por eso mismo debe ser contado al mundo.

Excepcional documento de hermosa factura plástica. El cómic que a Hooper le hubiera gustado dibujar.

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