Semblanza 07: Pascual Serrano

Semblanza 07: Pascual Serrano

Durante muchos años pensé que los Reyes Magos existían. De igual manera, más adelante, la ingenuidad me llevó a creer que la prensa, la radio y la televisión servían para informarse. El objetivo de la obra de Pascual Serrano (Valencia, 1964) es demostrar que son los padres quienes compran los regalos y se beben los tres vasos de leche antes de irse a la cama, mientras los niños, mediatizados por la ilusión, sueñan que están informados. La tarea que se propone el autor valenciano es tan sencilla en su enunciación como complicada en su cumplimiento, y sobre todo, en su expansión. Difícilmente van a promocionar los medios a alguien que se dedica a desenmascararlos y a dejar en evidencia que la libertad de expresión es hoy en día tan real como Melchor, Gaspar y Baltasar.

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Licenciado en periodismo, Pascual Serrano ha desarrollado el oficio en numerosos países, especialmente en Sudamérica (México, Cuba, Venezuela, Honduras, Nicaragua) y en Asia (Líbano, Jordania). En 1996 fundó Rebelión, una publicación digital que funciona como diario alternativo a los grandes medios de comunicación. En su web personal, Serrano publica periódicamente una sección que llama Perlas informativas, en la que recopila anécdotas, manipulaciones y engaños aparecidos en los medios de comunicación en el último mes. Darse una vuelta por allí resulta divertido y pedagógico, cuando no indignante. En cuanto a los libros publicados, además de dos volúmenes en los que recopila esas perlas, nombraré primero Medios violentos. Palabras e imágenes para el odio y la guerra (El viejo topo, 2008), en donde se trata de demostrar la implicación de los medios en el fomento del odio, la xenofobia y el culto a la violencia; y ¿El mejor de los mundos? Un paseo crítico por lo que llaman democracia (Icaria, 2011), título, como todos los demás, que deja pocas dudas en cuanto a su contenido.

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Pero hay dos libros que me gustaría destacar por encima de los demás. Uno es Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo (Península, 2009). Resulta una auténtica revelación que, por suerte, no está pasando desapercibida para el público lector. Con prólogo de Ignacio Ramonet, el libro hace un repaso crítico al tratamiento que hicieron los medios de los acontecimientos internacionales más destacados desde que comenzara el siglo XXI: Europa, Estados Unidos, Sudamérica, Oriente Medio. Gracias a un sinfín de datos, entrevistas, bibliografía y análisis de los medios, Serrano consigue que el lector se pregunte al final en qué mundo ha vivido durante estos últimos diez años. En el mundo, sería la respuesta, que le han fabricado los grandes medios de comunicación. De esta forma, Desinformación se convierte en un auténtico libro de historia que desnuda la verdad que los medios se empeñan en ocultar debido a los intereses económicos y empresariales que se esconden tras ellos. Además, Serrano propone técnicas y hábitos de lectura para fomentar una nueva actitud independiente ante la información, una ciudadanía que se niegue a continuar siendo manipulada.
El otro libro, también de título enigmático, es Traficantes de información. La historia oculta de los grupos de comunicación españoles. Si bien en Desinformación el autor se centra en el ámbito internacional, en esta ocasión los perjudicados son los medios españoles y los beneficiados son, nuevamente, los lectores. PRISA, Unidad Editorial, Vocento, Godó, Planeta, Mediapro, son algunos de los grupos mediáticos que influyen de una manera decisiva en nuestra vida y en nuestra manera de pensar a través de una multitud de periódicos, radios y televisiones. Serrano nos cuenta a quién pertenecen esos medios, quiénes ponen el dinero e imponen los contenidos, quién está detrás de las informaciones y qué intereses, exclusivamente comerciales, les mueven. Resultan impagables (y de nuevo indignantes) ciertas anécdotas y maneras de actuar de algunos de los popes del periodismo patrio como Juan Luis Cebrián (El País) o Pedro J. Ramírez (El Mundo), sin olvidar determinados movimientos recientes que dejan a buena parte de los medios españoles en manos de grupos financieros que nada tienen que ver con el periodismo y sí con la especulación financiera. Pero lean, lean a Serrano. Se sorprenderán en más de una ocasión. Y quizás dejen de comprar, como si fuera auténtica, la realidad ficticia que nos venden los medios de comunicación convencionales.

Leo Mares

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