Sylvia Plath y Ted Hughes: ¿Genio y musa? ¿Genia y muso? ¿Genia y genio?

Reseña del libro “Sylvia Plath y Ted Hughes: ¿Genio y musa? ¿Genia y muso? ¿Genia y genio?”, de Laura Freixas

Hay un libro con el que suelo tropezarme siempre en muchas de las librerías que frecuento. Uno de dimensiones potentes, con letra minúscula y que promete largas jornadas de lectura. Muchas jornadas. Para el estresante ritmo de lectura que imponen las editoriales, cuyas novedades empujan y exigen su lugar en el escaparate, mantenerlo en exposición, ocupando un espacio grande que podría rellenarse con, posiblemente, tres libros de tamaño menor, resulta muy valiente mantenerlo como uno de los fijos del surtido de la librería. Pero es que, tratándose de ese libro, mala librería sería esa que decida quitarlo. Estoy hablando de los Diarios completos, de Sylvia Plath (Alba editorial, 2016). Pocos testimonios confesionales desarrollan una vida tan intensamente vivida y nos acercan una personalidad tan profunda. Y he de reconocerlo, abarcar la totalidad de las entradas de ese diario requiere de mucho tiempo y dedicación. Ahondar en cada una de sus palabras, en los sentimientos que afloran entre líneas y que se nos pueden escapar es complejo. Requiere de cierta agudeza lectora, la misma que ha demostrado Laura Freixas en este bellísimo, breve y conciso estudio sobre la escritora estadounidense y, más en concreto, sobre su temperamental y apasionada relación con el poeta Ted Hughes.

Sylvia Plath y Ted Hughes: ¿Genio y musa? ¿Genia y muso? ¿Genia y genio? se llama este pequeño acercamiento a los escritos que nos legó Sylvia Plath para hablarnos de la dificultad de ser mujer y creadora. Porque en la totalidad de la obra de Sylvia se hablan de esos conflictos y de su contradictoria personalidad. Mujer de un talento gigante, se exigía a sí misma llegar más alto de cuanto se esperaba de ella, esto es, ser mecanógrafa, encontrar marido y criar hijos. Conflicto este muy presente en su vida heredado por su madre y que luego tuvo que vivir en primera persona en su intensa relación con Ted Hughes. Sin pretender abarcar todas las anotaciones de los diarios de Sylvia Plath, la escritora Laura Freixas nos muestra la faceta más compleja de la mente de la genial poeta y novelista. Aquella que le llevó siendo muy joven a pasar por un hospital psiquiátrico, pero aún más la que le llevó a autodestruirse poco a poco según competía, porque eso era su relación con los demás, una competición, por ser publicada, reconocida y a la vez, hacer pastelitos, pasar a limpio los escritos de su marido, ser la madre perfecta. Entre una cosa y otra, se olvida de crear, de ser independiente, de no convertirse en su madre, y se castiga, mucho, por llegar a eso.

A través de diversas entradas y fragmentos que recopila Laura Freixas para analizarlas a su modo y según su visión como lectora, podemos obtener una idea de la tormentosa personalidad de Sylvia, y lo que es más importante y por cuanto destaco y recomiendo este breve ensayo, por la capacidad y poder que tiene de hacernos querer saber más de la escritora estadounidense. Freixas hace un trabajazo a la hora de estudiar su figura, de coger el texto preciso para iluminar como con un foco el momento justo en el que la mente de Sylvia se fragmenta, brilla, crea o se autodestruye. Muy aconsejable la lectura de Sylvia Plath y Ted Hughes: ¿Genio y musa? ¿Genia y muso? ¿Genia y genio? por su rigor y documentación, por la sencillez de sus ideas expuestas, pero también por el cuidado y admiración que muestra por la figura de estos dos grandes poetas, Sylvia y Ted. Tras su lectura podrás, quizás, encontrar la respuesta a esas tres preguntas del título.

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