Un malestar indefinido

Reseña del libro “Un malestar indefinido”, de Samantha Harvey

Un malestar indefinido

Samantha Harvey ha publicado varias novelas en inglés, y de hecho vive de escribir ficción y de hacer que otras personas la escriban, como profesora de creación literaria. Y sin embargo lo primero de su obra que ha llegado en traducción al español es un ensayo, Un malestar indefinido. ¿Por qué? Intuyo que el tema escogido ha tenido bastante que ver en ello.


Escribe Harvey aquí, y no es la única últimamente, acerca de una de las plagas de la sociedad desarrollada: el insomnio. El suyo, que a la vez es el de bastantes. Como dice el subtítulo, Un año sin dormir, el texto está concebido y escrito en un período de su vida en el que no consigue encadenar varias noches seguidas de sueño, y las consecuencias de esa privación se hacen extensivas a casi todos los rincones de su vida. No es este un ensayo estructurado, erudito, sobre causas y consecuencias del insomnio, ni un catálogo de remedios. Más bien Samantha Harvey aprovecha sus horas despierta y el hilo conductor que le ofrecen las noches en vela para ajustar cuentas con elementos muy variopintos: sus ansiedades y sus miedos (maravillosa la distinción que hace entre ambos), su oficio, las relaciones con su pareja y con su padre. Identifica, claro está, algunas causas externas que afectan a su dormir, principalmente la mudanza a un lugar más ruidoso, pero asume que su condición deriva de algo más profundo, interno, para lo que no halla cura ni en la medicina tradicional (con una doctora con la que establece una relación pasivo-agresiva) ni en ninguna de las supersticiones a las que recurre para conjurar el sueño.


Sólidamente escrito, con pasajes de gran belleza, en Un malestar indefinido se atisba una gran escritora, a la que dan ganas de leer con más tiempo y mayor profundidad. Sus reflexiones van muy en línea con el tiempo que nos ha tocado vivir, sus anécdotas resultan entretenidas e incluso se atreve a ir completando un relato, el de un hombre que roba en un cajero y pierde su alianza, que sirve para que nos hagamos buena idea de la manera en la que, en su caso, vida y creación literaria están tan imbricadas que no cabe separación posible entre ellas. Todo ello convierte este libro en algo muy cercano, en el que sin duda cualquiera que haya pasado noches en blanco encontrará pasajes familiares.


Sin embargo, la mezcla de temas, los saltos de unos a otros y la escasa relación de algunos con el tema del que veníamos a leer (el insomnio) le restan valor al conjunto. En demasiadas ocasiones uno se encuentra despistado durante la lectura, esperando a que Harvey retome de nuevo el tema que la ha llevado hasta allí y nos transmita la relación entre lo que está contando y el insomnio.
Como insinuaba en el primer párrafo, en la escritura acerca del insomnio a Samantha Harvey se le unen, solo entre las novedades más recientes, Marina Benjamin (Insomnio, publicado por Chai Editora) y David Jiménez Torres (El mal dormir, publicado por Asteroide). Con alguno de ellos, o con todos, al menos tenemos por seguro que no nos faltarán lecturas que nos quiten o nos den el sueño.

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