Unboxing Pandora

Reseña del cómic «Unboxing Pandora», de Fabio Pia Mancini

unboxing pandora

Habrá quién al nombrar a Pandora solo piense en esas pulseras que se han puesto tanto de moda y a las que hay que ir complementando con unos charms para que vistan un poco la muñeca. Habrá otros, menos que los primeros, que pensarán en el planeta ese que salía en la peli Avatar, cuya segunda parte han visto contados humanos. Y habrá otros, y quiero pensar –aunque me equivocaré– que la mayoría, que pensarán en mitología y en la famosa caja, que realmente no era ni caja ni jarrón, sino un ánfora.

Bien, pues Unboxing Pandora va de lo que la mayoría debería pensar al oír el nombre y más con la pista del título, ese «unboxing» que ya nos va a indicar que el autor va a darle un toque de modernez al lenguaje y al mito y que juega con la tendencia que se ha vuelto viral de mostrar a la gente el proceso de abrir un paquete que ha recibido al comprarse o al ser regalado.

Sin embargo, este cómic no es nada fiel al mito y el autor lo reinterpreta a su gusto, Kim Kardashian incluida. Tan solo al final se cuenta un poco el auténtico mito con Prometeo traicionando a Zeus, Zeus vengándose haciendo que este cree a Pandora y regalándole después las diosas todos los dones (Pan=todos, dora= dones) junto con una caja que, de nuevo Zeus, le ofrece insistiéndole en que no la abra pero a sabiendas, el muy zorro, de que no le va a hacer ni puto caso y que la va a abrir y a dejar a la humanidad con los regalitos del engaño, la vejez, la miseria, la culpa, la muerte violenta, penalidades, hambrunas, dolor, mentira, guerra, enfermedad… Así ocurrió y Pandora dejó escapar a todos ellos pero se dio prisa en cerrar el ánfora dejando dentro a Elpis, la esperanza.

Si esta moda de las reinterpretaciones o retellings, que dicen las editoriales que quieren ir de superguays (porque no debe de haber palabras en castellano para «reinterpretación», «recuento» o «versión», y vamos a tope con el inglés, pero al catalán, al gallego y al euskera ni agua), sirve para que las nuevas hornadas conozcan los mitos de siempre, bienvenidas sean.

En Unboxing Pandora, nuestra protagonista comienza su aventura a punto de convertirse en una de las muchas pandoras que ha habido desde la original, la del mito. De hecho, ni siquiera se llama aún Pandora, sino Cloris, pero está a punto de convertirse en sacerdotisa del culto de la primera mujer, según la mitología griega. Aunque se llevará un chasco cuando descubra que en realidad ser sacerdotisa consistirá básicamente en ser una artesana alfarera en la categoría de becaria.

El caso es que paseando su cabreo por el templo y en un descuido de una de las guardianas del famoso jarrón, Cloris, ya Pandora, repite la historia y deja escapar todos los males del mundo (que por lo visto tras el mito original ¿habían vuelto adentro o qué?)

La trama nos va a contar cómo Pandora, ayudada por Espe y por Gorgo, la pereza con forma de esfinge, va a ir tras los males para eliminarlos y volver a meterlos en el jarrón.

Todo esto esconde al final una enseñanza que no voy a contar, porque no soy un destripador y porque lo que importa, en el fondo, como casi en todas las historias, es el viaje y el paisaje. Un paisaje trufado de colores fuertes y vivos, que salpican luz y energía en cada página con unos contrastes llenos de poderosa vitalidad: morados con verdes; verdes con naranjas; rosas y morados; verdes y rosas; y rojos y azules. ¡El dualismo cromático al poder, por Zeus, ese cabronazo!

En resumen, la historia atrapa y engancha que da gusto, se ha escrito con un vocabulario fresco, con unos diálogos con un humor sutil, algo de crítica velada y referencias actuales, pero el derroche visual, con un dibujo hipnótico y un color, repito, de quitarse el sombrero, es la guinda que corona un cómic tan preciosista como este.

Un cómic que al que todo aficionado a las buenas historias, ya sean mitológicas o no, debería acercarse.

He dicho. Que así se haga y así se escriba.

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