Moby Dick, de Herman Melville
La luz nos llega a veces de los lugares más insospechados. En el siglo XIX, por ejemplo, había que buscarla en el fondo del mar. Concretamente del aceite que se obtenía de las ballenas y que servía, entre otros productos, para proveernos de lámparas y velas. El mar era entonces, en parte sigue siendo, ese espacio del mundo ingobernable por el hombre, hipnotizante y bello pero profundamente oscuro e inestable. Herman Melville que, probablemente más por necesidad que por espíritu, se aventuró en varias travesías a bordo de un ballenero, se embarcaría tiempo después y ya en tierra firme en esta otra empresa que habría de durar cerca de dos años y que llevó el título de Moby Dick.… Leer la reseña completa del libro "Moby Dick" “Moby Dick”