Cazadora de hadas

Reseña del libro “Cazadora de hadas”, de Jennifer L. Armentrout

Cazadora de hadas

Obsesión. Necesidad. Curiosidad. Todo eso y más por una trilogía ya publicada que Titania ha reeditado con unas portadas preciosas, ideales, oscuras e hipnóticas. Y hoy, precisamente, os hablo del primer libro de esta trilogía: Cazadora de hadas, de Jennifer L. Armentrout, una mujer que todo lo que escribe lo convierte en oro.

Y, ¿a dónde nos lleva la Jenny en esta ocasión? Ni más ni menos que a una Nueva Orleans cargada de magia y criaturas. Nuestra protagonista es Ivy Morgan, una universitaria que pertenece a una organización que lucha contra las hadas. Pero, ¿las hadas no eran buenas? ¿Por qué combatir contra ellas? Pues porque aquí son criaturas diabólicas y nuestra chica no les perdona que años atrás le arrebataran a sus seres queridos.

Sin embargo, las cosas no son fáciles y sin un crush de toma pan y moja las historias de la Jenny se quedarían cojas. Ren Owens es la mayor tentación con la que podría haberse topado Ivy. Pero ahí está, y a pesar de establecerse una relación odiosa entre ellos —¡cómo no!—, el corazón de Ivy late a mil por hora cuando Ren está cerca. No sé, no sé… ¿Será capaz Ivy de aguantar la tentación? ¿Será Ren un peligro mayor que las hadas que danzan por la ciudad del pecado?

Y es que es eso, el pecado pasea libremente por las novelas de esta autora, cosa que a mí me encanta. Además, en este caso he vuelto a conectar desde el minuto uno con la protagonista —como me suele pasar en todos sus libros—, una joven pelirroja que me ha recordado a Poppy en varios aspectos, solo que Ivy, digamos, es más ácida y guasona. Y, por supuesto, la narración en primera persona y en presente consigue que el lector sintonice de la mejor manera con su estado de ánimo, su impulsividad, sus pensamientos y sus inquietudes. 

Ivy es de lo mejor del libro, una especie de Buffy que en lugar de cazar vampiros caza faes. A pesar de esa pequeña diferencia, las similitudes son enormes, pues Ivy usa una estaca —eso sí, de hierro, pues es letal contra los seres feéricos— para acabar con sus víctimas, que también mueren si se les corta la cabeza. Asimismo, esta novela también me ha traído recuerdos de una película titulada Escalofrío, en la que unos niños y su padre eran capaces de ver demonios disfrazados de seres humanos y su misión era destruirlos. Pues aquí pasa algo parecido. Ivy y los miembros de la Orden pueden ver la verdadera esencia de los fae que aparentan ser personas corrientes. Y como estas criaturas son malignas, acaban con ellas o las devuelven a su mundo.

Precisamente eso, el hecho de que Jennifer L. Armentrout haya optado por ofrecernos esa imagen cruel, sangrienta, bella y diabólica de las hadas, muy alejada de la idea de Disney a la que estamos acostumbrados, es fascinante y lo que más me ha llamado la atención, pues en la vida real es así. Podemos toparnos con personas hermosas que nos presentan una cara y cuando hemos confiado en ellos, ¡zas! Nos seducen y nos usan para después darnos la puñalada y traicionarnos cuando han logrado sus objetivos. ¡Qué bueno sería tener el poder de Ivy y detectar cómo es el alma de cada uno con el que nos topamos! Perderíamos menos el tiempo y nos ahorraríamos muchas decepciones.

Pero bueno, volvamos al libro. Debo decir que los personajes secundarios no decepcionan. Están bien construidos y aportan brillo a la trama, como es el caso de Val y de Tink. Sin embargo, hay cosas que no me han terminado de convencer en este primer tomo, como son el ritmo, que peca de ser algo lento y denso en la primera parte; los plot twists, que son bastante predecibles y no están al nivel de los de De sangre y cenizas; y Ren, el crush, que no me ha hecho tilín del todo, me ha resultado demasiado perfecto. Eso sí, está lleno de secretos y le rodea mucho misterio, por lo que eso obliga al lector a seguir adelante y a darle una oportunidad a él y a su relación con Ivy.

En definitiva, Cazadora de hadas es un primer volumen de una trilogía de fantasía urbana con mucha acción y misterio en una Nueva Orleans repleta de criaturas diabólicas disfrazadas de humanos que se alimentan del alma de las personas. Una novela con una protagonista de armas tomar y unos secundarios de lujo. ¿Y el final? De lo mejor, me sorprendió mucho y me dejó con ganas de más. Así que, espero que Semihumana me de pronto las respuestas que necesito.

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