Cruel summer

Reseña del cómic “Cruel summer”, de Ed Brubaker y Sean Phillips

cruel summer

¡Joder, joder y joder! ¡Pero qué pedazo de cómic! Normalmente dejo que pase un tiempo desde que leo algo hasta que empiezo a escribir la reseña, pero esta vez no. Esta vez quiero tener fresco lo que Brubaker y Phillips acaban de contarme tan jodidamente bien contado. Una historia negra como un yogur de petróleo. Ay que ver cómo domina esta pareja el género. Más que dominarlo parecen ser los putos amos, los creadores o reinventores de este. La de vueltas que han dado a la trama para llevarnos a donde quieren, de un sitio a otro, de una subtrama a otra, de un tiempo pasado a uno presente y de un personaje a otro, hasta confeccionar una lectura redonda, perfecta, sin cabos sueltos, con el toque de amargura, de mala suerte, de pesimismo, de breves retazos de felicidad, de palizas, de mala vida, de tacos,… que una historia como Cruel Summer pide a gritos y cuyo curioso título viene revelado en la última viñeta, y sobre todo, una preñada de esa agridulce sensación que sobrevuela todas las páginas (confirmada por una voz en off) de que todo se va a ir al garete, de que tanto esfuerzo va a ser para nada. De que ese pozo de mierda que es la vida de sus persoanjes, seguirá siendo igual de profundo. Y que se contenten si ese es el peor de los casos.

Hace no mucho reseñé Bad Weekend, de los mismos autores, y en su día leí Mis héroes siempre han sido yonquis y puedo decir que Brubaker y Philips son siempre, SIEMPRE, una apuesta segura por una lectura bien hecha y entretenida con avaricia, pero creo que el cómic que hoy nos ocupa, es lo mejor de ellos hasta la fecha.

Cruel Summer está ambientada en el universo de Criminal. No hace falta haber leído nada de esta serie y es cojonudo para gente con memoria de pez como la mía, ya que los personajes, normalmente ladrones de medio pelo que sobreviven a base de trabajos sucios entre los años 70 y 90, tienden a cruzarse en los diversos números.

¿Qué nos cuenta este cómic? Básicamente que si eres un ladronzuelo (Teeg) intenta tener a tu hijo (Ricky) fuera de los negocios. Cuanto más mejor, porque todo esto comienza cuando Teeg tiene que compensar con creces una chapuza que ha hecho el desgraciado de su hijo y para ello no ve otra salida que dar un golpe, el mayor de vida.

Por el camino conocerá a Jane, que es otra que tal baila, con un pasado que tampoco está precisamente limpio y que no sabe que está siendo buscada por un detective. Teeg se enamorará hasta las trancas como un adolescente con acné y será más feliz de lo que ha sido nunca. Así, ya está en marcha lo que viene siendo el pastel y los engranajes van ir engarzándose poco a poco, de manera progresiva uno con otro con una extraña belleza hasta formar una perfectamente trágica historia noir que parece llevar camino de transmitirse entre los protagonistas de generación en generación.

Personajes bien construidos y con las tripas bien visibles, que casi siempre van a meter la pata arrastrando con ellos a todos aquellos que pululen a su alrededor. Es su mundo, lo han mamado desde siempre y su destino parece ser el estar condenados a no conocer otra cosa.

Narrada desde los cinco puntos de vista de los distintos protagonistas, el dibujo (fiel a la serie de la pareja Brubaker-Phillips) se muestra fuerte y enérgico y el color tiene mucho de protagonista a la hora de interpretar los determinados momentos por los que va transcurriendo la trama.

Cruel Summer es indispensable para quienes gustan del noir. Pero del noir bueno bueno de verdad. Con mayúsculas. De los que lees oyendo de fondo una inexistente banda de jazz mientras una sensual voz femenina va contándote cosas no muy honestas al oído a la vez que te quita el vaso de burbon y te propone que atraques a este, que acabes con el otro y que te vayas a la cama con ella…

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