Reseña del libro “Cuéntame cómo son los franceses”, de Gaspard Chevallier
Oh là là, chers lecteurs! No hay mejor forma de empezar esta reseña que con una expresión tan manida como un “oh là là”, ¿no es verdad? Y es que, con esa locución, un poco de baguette por aquí, otro poco de croissant por allá y cerrando mucho la boca al hablar, los no francoparlantes creemos que tenemos todo hecho para comunicarnos con nuestros vecinos franceses. Así de optimistas somos a veces. Sin embargo, la lengua francesa tiene su intríngulis. Casi tanto como los propios franceses.
Debo admitir que me hace especial ilusión reseñar este ensayo por mi cercanía con el país galo y su lengua. Llevo estudiando francés desde pequeña y siempre me ha gustado mucho, tanto es así que estudié Traducción e Interpretación y elegí el francés como mi primer idioma. En mis años universitarios tuve, además, la suerte de disfrutar un año de Erasmus en Rouen, una ciudad preciosa de la Normandía francesa. Conozco muchas ciudades de Francia y tengo muchos amigos allí, así que leer este libro ha sido una experiencia muy divertida que me ha traído muy buenos recuerdos. Ah, la nostalgie!
Gaspard Chevallier, el autor de Cuéntame cómo son los franceses, narra en este libro los fundamentos y el comportamiento de los franceses desde un punto de vista humorístico. Y es que nadie mejor que él para hablar de sus compatriotas, pues los conoce a la perfección: ¡lleva veinticinco años viviendo fuera!
Así, a lo largo de varios capítulos, Gaspard Chevallier realiza el retrato de sus paisanos abordándolo desde distintas temáticas, consiguiendo elaborar un relato que resulta muy entretenido, divertido y, por qué no, adictivo. No sé si es fruto de mi amor por los franchutes, pero confieso que me leí el libro de una sentada.
Todos sabemos lo chovinistas que son los franceses y ese orgullo tan patrio que los caracteriza. Pero cuidado, como bien dice Gaspard Chevallier, uno solo puede criticar a Francia si se es francés. En eso los españoles no nos parecemos en nada, la verdad.
A ellos debemos la invención del automóvil, el avión, el barco de vapor, la bicicleta, el cine, la fotografía, el bikini, el cubo de basura, la dentadura postiza y el bidé, entre otros importantes y singulares inventos. ¿Y quién no ha oído hablar de franceses ilustres como Victor Hugo, Voltaire, Baudelaire, Rimbaud, Cousteau, Pierre y Marie Curie, Louis Pasteur o Juana de Arco?
Francia es sin duda el país del libertinaje y su capital siempre será la ciudad del amor. En sus famosos cabarets surgió el mito que todavía hoy envuelve a los franceses con respecto al amor. Y es que seguro que os suena esa mítica frase de “voulez-vous coucher avec moi”? Tanto es así que es algo que hasta se nota en la política, como asegura el autor “desde los años 70, todos nuestros presidentes han destacado por sus aventuras sentimentales”.
Con artistas como Monet, Manet, Renoir, Degas, Pissarro, Duchamp, Rodin, Christian Dior, Yves Saint Laurent o Pierre Cardin o Coco Chanel no podemos dudar de que Francia es el país del arte y de la moda también.
Y por no hablar de su excelente gastronomía, sus tropecientos miles de quesos, vinos, dulces. Se me cae la baba solo al escribirlo. Demasiados quesos nunca son suficientes.
De todo esto os habla mucho mejor que yo Gaspard Chevallier en su libro Cuéntame cómo son los franceses. Además, el autor intercala todas estos datos y curiosidades con divertidas anécdotas personales que hacen que este ensayo resulte todo un acierto. Una manera muy original y entretenida de acercarse un poco más a nuestros peculiares vecinos franceses a los que tanto quiero.