¿El gato se comerá mis ojos? Y otras preguntas sobre cadáveres

Reseña del libro “¿El gato se comerá mis ojos? Y otras preguntas sobre cadáveres”, de Caitlin Doughty

el gato se comera mis ojos

Que la muerte suele ser un tema incómodo lo sabemos todos, pero también que hay gente que siente fascinación por ella. Es el caso de Caitlin Doughty. Actualmente, es dueña de una funeraria, pero ha trabajado en un crematorio, ha ido a clases de embalsamamiento, ha recorrido el mundo investigando ritos funerarios y habla de todo ello en la radio estadounidense. En ¿El gato se comerá mis ojos? Y otras preguntas sobre cadáveres, reúne las preguntas más curiosas sobre la muerte que le han hecho los niños.

¿Y por qué preguntas hechas por niños? Porque precisamente ellos aún no tienen tantos reparos en hablar sobre este tema y son capaces de preguntar aquello que a muchos se nos habrá pasado por la cabeza, pero no nos hemos atrevido a decir en voz alta por miedo a que nos tachen de raros o irrespetuosos.

¿El gato se comerá mis ojos? Y otras preguntas sobre cadáveres nos ofrece justo lo que anuncia el título: primero, resuelve la duda de si nuestro gato (o perro) se comerá nuestros ojos si un día nos da por morirnos al lado de él sin haberle llenado el comedero, y después da respuesta al resto de las preguntas. Por ejemplo: ¿hoy en día nos pueden enterrar vivos por error?, ¿qué pasa cuando un cementerio se llena?, ¿se puede donar sangre después de morir?, ¿cuál es la profundidad adecuada para una tumba?, si nos morimos poniendo cara de tonto, ¿se nos queda así para siempre?, ¿es verdad que los hermanos siameses mueren al mismo tiempo?, ¿qué pasa si nos morimos en un avión?, ¿se ve una luz al final del túnel cuando morimos? o ¿podemos quedarnos con el cráneo de nuestros padres cuando se mueran? (pregunta desconcertante, sí, pero, según Caitlin Doughty, los niños se la hacen a menudo).

A todas estas preguntas, responde con mucho sentido del humor, aportando datos curiosísimos que, a decir verdad, a veces habría preferido no llegar a conocer (por ejemplo, ese que habla de implantes de células de culo de cadáver…). Y es que los muertos están más presentes en nuestras vidas de lo que a simple vista nos parece. Cabe destacar que cada respuesta va acompañada de un dibujo muy ilustrativo e inquietantemente tierno.

Aparte de aprender con las explicaciones, al final de ¿El gato se comerá mis ojos? Y otras preguntas sobre cadáveres hay un apartado donde una psicóloga habla de cómo explicar la muerte y el proceso de duelo a los niños, una información que, por desgracia, prácticamente a todos nos va a servir en algún momento.

Como bien dice Caitlin Doughty para cerrar el libro, «no podemos hacer que la muerte sea divertida, pero sí podemos hacer que aprender sobre la muerte sea divertido. La muerte es ciencia e historia, arte y literatura. ¡Es un puente que une a todas las civilizaciones y a la humanidad por completo!». Y eso es lo que nos demuestra en las páginas de ¿El gato se comerá mis ojos? Y otras preguntas sobre cadáveres. Una lectura muy recomendable para todos los públicos, por lo amena y didáctica que es, y necesaria para perder el miedo a la muerte.

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