Érase un verso

Reseña del libro “Érase un verso (poemas de hadas revisitados)”, de VV. AA.

Érase un verso

¿Quién no ha disfrutado en su niñez de los cuentos de hadas?, ¿quién no ha fantaseado de pequeño con ser el protagonista de alguno de los cuentos que nos contaban o leíamos?  Ya sabéis: reinos lejanos, dragones, príncipes y princesas, animales que hablan, aventuras y universos que se despliegan ante nosotros con una frase tan sencilla y tan bonita como “Érase una vez”.

Pero, ¿sabéis qué? El origen de todos estos cuentos de hadas se remonta a la escritora francesa Madame d’Aulney, quien, en el siglo XVII, contaba sus historias en los salones de la nobleza. Estos cuentos de hadas eran, originalmente, para adultos. Luego, más tarde, se fueron dulcificando y adaptando a los niños, en gran parte debido a la factoría Disney y sus versiones sin sexualidad y violencia (bueno, esto es discutible, la verdad). Esto nos lo cuenta Lawrence Schimel en el prólogo de este precioso libro editado, cómo no, por la siempre maravillosa Nórdica Libros. Escogidos y traducidos por el propio Lawrence Schimel, Érase un verso recoge entre sus páginas una selección de poemas en inglés sobre cuentos de hadas escritos tanto por autores consagrados como por autores más noveles. Así, encontramos textos de Neil Gaiman, Anne Sexton, Leonard Cohen, Nancy Springer, Matt Bell, Sylvia Plath, Carol Ann Duffy, Veronica Schanoes o Francesca Lia Block, entre otros.

Como sabéis los que sois admiradores de Nórdica Libros, eso no es todo. Cada poema, cada texto escogido en Érase un verso, viene acompañado por una ilustración de un artista español: Sara Morante, Fernando Vicente, Antonio Santos, Ana Juan, Antonia Santolaya, MO Gutiérrez o Carmen Bueno se encuentran entre los ilustradores que dan vida a este increíble libro. Y, además, lectores, se trata de una edición bilingüe en la que también podéis encontrar los textos originales. ¿Se le puede pedir algo más a un libro así?

Mi única duda, que nace quizás desde mi ignorancia, es por qué el autor los considera poemas de hadas. Por muy revisitados que estén los textos yo nunca incluiría a Caperucita, La Bella Durmiente o Blancanieves entre la literatura de hadas. No sé, siempre he pensado que son otro tipo de cuentos, pero no precisamente historias de hadas.

En fin, dejando de lado esa duda (que me corroe un poco, la verdad), Érase un verso es, sin duda, un libro por y para lectores adultos. No vais a encontrar en él poemas y cuentos para niños, o al menos no solo eso. Hay algunas versiones más hardcore como la de Veronica Schanoes. Otras de una caperucita revisitada mucho más moderna y empoderada como la de Carol Ann Duffy. También historias con humor como la de Lawrence Schimel y nuevos finales mucho más acordes a los tiempos que corren como en la historia de Gail White.

¿Las ilustraciones? Pues una auténtica maravilla, lectores. Personalmente me alucinan las de Fernando Vicente, Ana Juan, David de las Heras o Javier Olivares.

Érase un verso es un libro precioso y preciosista. A todo color, como los lugares de fantasía en los que nos zambullen todas estas historias. Sin duda, todo un acierto de Lawrence Schimel y de Nórdica Libros.

Deja un comentario