Fundación Futuro

Reseña del cómic “Fundación Futuro”, de Matt Fraction y Michael Allred

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A los 4 Fantásticos solo les bastó un viaje al espacio y un buen baño de rayos cósmicos para pasar de ser una familia disfuncional a la primera familia disfuncional de superhéroes. Creados a principios de la década de los sesenta por Jack Kirby y Stan Lee sus andanzas empezaron con un marcado enfoque en las aventuras clásicas de exploradores de nuevas fronteras que, poco a poco y a medida que la serie fue cayendo en manos de nuevos autores, iría revitalizándose. La ciencia ficción clásica pronto evolucionaría para llevarnos a dimensiones alternativas, a batallas a través del tiempo y a la inclusión de villanos como el Doctor Muerte o Galactus que con el tiempo se convertirían no solo en mitos de la serie sino también de la propia editorial Marvel. Pero todo esto no son más que ingredientes de un cóctel perfecto en el que la clave estaba en la relación, más de tira y afloja que de amor-odio, que mantenían los personajes. Reed Richards más conocido como Míster Fantástico, paterfamilias del grupo, más cerebral que emocional, a veces un poco estirado, choca de frente en demasiadas ocasiones con los demás componentes del grupo. Susan Storm, la Mujer Invisible y corazón indiscutible del grupo hace lo que puede para mantener el orden mientras su hermano Johnny Storm, alias la Antorcha Humana, que sufre del síndrome de Peter Pan, no para de crear líos o de molestar a Ben Grimm que, eternamente convertido en La Cosa, arrastra una existencia de amargura. Al barullo, siempre con final amoroso, que eran capaces de montar estos cuatro se le podían unir personajes recurrentes que añadirían todavía más matices a una serie que de por sí ya iba sobrada de colores. Fundación Futuro, idea del autor Jonathan Hickman (aunque creada por el personaje de ficción Reed Richards) abriría todavía más las puertas a la inclusión de miembros temporales así como la admisión de alumnos con capacidades especiales. A fin de cuentas, Fundación Futuro es un colegio en el que se busca a jóvenes de mente brillante para convertirlos en el grupo que preserve el futuro de la Tierra.

El Marvel Omnibus de Fundación Futuro (Panini Cómics) recoge toda la etapa creada por Matt Fraction, Michael Allred y Laura Allred. Todo empieza con los 4 Fantásticos largándose. Una exploración más allá del tiempo y el espacio durante cuatro minutos. Pero doscientos cuarenta segundos sin los 4 Fantásticos es demasiado tiempo para dejar a la Tierra sin protección, así que antes de emprender el viaje los miembros fundacionales dejarán substitutos: Scott Lang, El Increíble Hombre Hormiga, Jen Walters más conocida como Hulka, Medusa reina de Los Inhumanos y la estrella del pop Darla Deering que, embutida en un robot la mar de robusto, se transformará durante cuatro minutos en Ms. Cosa. Pero creo que no es ninguna sorpresa si os digo que esos cuatro minutos se alargarán más de lo debido y a los nuevos Cuatro Fantásticos les tocará proteger la Tierra de amenazas posibles e imposibles, intentar entenderse entre ellos y tratar que un puñado de críos en edad de liarla muy gorda no la líen muy gorda.

Si hay algo que Matt Fraction es capaz de hacer con sobrada solvencia es combinar aventura clásica, evolución de personajes y temas de actualidad. En Ojo de Halcón lo logró de una forma extraordinaria y, aunque en Fundación Futuro no llega a las mismas cotas de calidad, vuelve a la carga con unas historietas de espíritu clásico en las que no le tiembla el pulso a la hora de hablar de temas complejos, incluir un humor muy acertado o situaciones alocadas que llevarán a los propios autores a convertirse en personajes de ficción en una aventura tan disparatada como divertida. Pero la esencia está en la humanidad, y esta familia de personajes que chocan entre sí y de niños capaces de pergeñar gamberradas de destrucción masiva destila humanidad por los cuatro costados. Para empezar tenemos al Hombre Hormiga intentando superar la muerte de su hija y obsesionado con matar a Dr. Muerte y así cumplir su venganza. Un dolor que solo puede ser curado con amor y comprensión y una capacidad de resiliencia sobrehumana. Y aunque las féminas del grupo parecen no tener problemas, las apariencias engañan pues cada una de ellas se mueve en mundos muy diferentes que pondrán su capacidad de adaptación a prueba. Y luego están los niños. Los niños son pura maldad, a veces. Los niños son puro amor, en ocasiones. Mediante los niños Fraction es capaz de tratar temas como la orientación sexual e identidad de género (la escena entrañable, necesaria y tan bien llevada de los niños topoides), la depresión y ansiedad juvenil, e incluso el trastorno de espectro autista (Adolf, el niño imposible y la desesperación de un padre por encontrar a alguien que dé los mejores cuidados a su hijo) además del tema de las familias no normativas o la lacra del fandom misógino que ataca primero y luego llora cuando descubre que su mundo construido sobre pilares de testosterona se viene abajo.

En el apartado artístico de Fundación Futuro Michael Allred vuelve a la carga con un dibujo indie que en un principio resulta atípico, incluso inquietante, para un cómic de superhéroes, pero que al final es perfecto para jugar con todas esas referencias que evocan lo creado por Kirby. Desde ese monstruo verde guiado por El Topo y que rememora el primer número de Los 4 Fantásticos a todo ese pop art que Laura Allred colorea con precisión y que inunda las viñetas para traernos de vuelta los cómics de los sesenta. Joe Quinones, el dibujante interino de la serie, aclimata su estilo de tal forma que una vez estás enfrascado en las aventuras de la Fundación Futuro apenas notarás la diferencia pues solo querrás saber qué les deparará el destino y si Los 4 Fantásticos volverán de su viaje de, en un principio, cuatro minutos.

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