Joker: Especial 80 aniversario, de VV. AA.

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¿Pues no va y nos cumple ya 80 añitos el Joker? ¡80 añazos como 80 soles y ni una arruga! ¡Yo le veo igual de… de pálido que siempre, igual de figurín y de cabroncete sin escrúpulos, igual de imprevisible, igual de dandi vistiendo siempre con la mucha clase que le caracteriza y conjugando colores como un pintor. Igual. ¿Alguna vez habéis visto una historia del payaso con achaques o síntomas de la edad? A Batman sí, varias veces hemos visto a un Batman ya maduro, que no se resiste a salvar una y otra vez a su querido Gothan de la amenaza de turno y necesitado de un exoesqueleto para salir a patrullar… Pero al Joker, nunca que yo recuerde. Tal vez exista, pero no conozco esa historia. Es más, a medida que pasa el tiempo sus planes son más inteligentes, audaces y elaborados. Mejora con el tiempo, como dicen del vino. Ni rastro de demencia (de la senil, al menos) o deterioro físico. Toda su mente bulle al 110% para hacer el mayor daño posible al murciélago o a sus allegados. Todo vale.

Para hacer fiesta, y caja, unos cuantos artistas del dibujo y del guion han puesto su cabeza a funcionar para regalarnos una colección de historias cortas en las que el Príncipe Payaso es el protagonista homenajeado, explícitamente o no.

Doce relatos breves en los que, como en cualquier antología, hay de todo, bueno, regular y no tan bueno, pero que merecen ser leídas porque son doce pildoritas de placer instantáneo en las que se potencian las diferentes caras de nuestro sádico favorito.

La primera historia, Cicatrices, con guion de Scott Snyder, es de las mejores del tomo y de las que tanto por el tono como por el dibujo oscuro y realista, dan miedito del bueno. Básicamente vemos como una víctima del Joker acude a terapia a escuchar de boca de su psicólogo que no debe vivir con miedo, que el Joker es solo un hombre que sabe ver y ahondar en las debilidades de sus víctimas para sacar de ahí el material con el que hacer daño.

Le sigue Lo que pasa al final del chiste. Esta es una de las razones por las que quería leer este tomo, ya que aquí se nos va a contar el origen de Punchline, la que se va a convertir en la nueva “¿novia?” del Joker, la nueva Harley Quinn. No sé… ¿Merece Punchline, personaje de recientísima creación –tan reciente del que yo no he leído todavía nada y del que solo sé  lo que se ve en foros y similares– un lugar en un tomo especial de celebración de un octogésimo aniversario? Pues en mi opinión, no, y visto lo visto, me sigo quedando con Harley.

En Matar a Batman vemos a Lois Lane informando desde la batcueva de la muerte de Batman a manos del Joker. Una historia que no está mal (salvo el ridículo final) y me recuerda a la de Gaiman ¿Qué le sucedió al cruzado enmascarado?, aunque Gaiman es mucho Gaiman.

He aquí el batallón de pichones, de Denny O’Neil, me parece una aventura floja, la peor de todas.

Como tampoco es cuestión de eternizarse analizando al detalle todas las obras que componen este número voy a destacar las “más mejores”:

Quien sonríe el último, de Paul Dini, uno de los creadores de Harley y que es precisamente en esta historia la narradora de una de las pesadillas recurrentes que acechan al Joker. Tiene su gracia y ¡coño, que es Dini!

En Bichos por tu cumpleaños se identifica de inmediato el dibujo de Risso. Aquí vemos que el Joker es capaz de sentir empatía, aunque sea a su manera peculiar, enfermiza y… lógica.

Nada de héroes me ha sorprendido por el dibujo elegante de Albuquerque (que también participa en el guion) y porque, como siempre, las reacciones del Joker tienen su imprevisible lógica. Al hilo de esto recuerdo que en el 75 aniversario del Joker hubo mucha polémica con la portada que hizo Albuquerque homenajeando a La broma asesina. Miles de feministas clamando al cielo porque el Joker rodeaba a Batgirl con sus brazos, sujetando una pistola y dibujando con sangre la sonrisa típica del payaso. Pero poco protestan por el continuo maltrato que ha recibido Harley, siendo ambas cosas una puta ficción.

El aficionado, con guion de Gabriel Hardman (también el dibujo) y Corinna Bechk, nos muestra la preocupación del payaso por los derechos de autor y por los plagios en una historia muy muy entretenida.

Para acabar Quien ríe el último, título casi idéntico al de la historia de Dini, nos inocula la duda acerca de todo lo que sabemos sobre Batman. ¿Y si en realidad sus padres no hubieran muerto en aquel callejón? ¿Y si…? Un argumento que da una vuelta de tuerca a nuestras creencias más asentadas en todo lo que a la mitología del murciélago se refiere. Una historia que debe leer cualquier aficionado y que nos maqueta perfectamente a doble columna lo que creemos que sabemos y lo que tal vez ha sucedido en realidad.

Hay también una galería de dibujos y unos textos que analizan al personaje década a década, así como las portadas más míticas, evolución del logo…

En resumen, un tomo sobre uno de los iconos pop más reconocido por todo el mundo, que es casi una marca en sí, que aparece en cine, series, videojuegos, como referencia friki en esos y otros soportes y al que si Warhol estuviera vivo le estaría dedicando serigrafías cada cierto tiempo.

Joker: Especial 80 aniversario reúne un buen puñado de historias que harán orgasmar el cerebro de casi todos los fans del loco de pelo verde.

¡Felicidades, Joker, y que cumplas muchos más!

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