La hija ausente

Reseña del libro “La hija ausente”, de Natalia Moderc Wahlström

La hija ausente

Cómo me gusta volver a autores que ya consiguieron atraparme antes con sus libros. Es, en cierto modo, una sensación reconfortante saber que vas a encontrar de nuevo refugio en esa voz que te acompañó hace tiempo. Además, en este caso, no podría ser de otra forma, pues todavía recuerdo la calidez de la literatura de Natalia Moderc Wahlström en su novela La heredera de los cinco soles, cuya reseña podéis leer aquí.

Y es que hay escritores con un estilo literario muy característico, como sucede con Natalia. Ha sido volver a leerla y recordar casi las mismas sensaciones que tuve al leer su primera novela. ¿Cómo os lo explicaría yo? Leer a Natalia es como echarse una manta por encima en una tarde lluviosa de noviembre. Acogedora, reconfortante, cálida.

En esta ocasión, la autora nos sorprende con una novela que, si bien comparte esos rasgos de los que os vengo hablando con su anterior libro, también supone una sorpresa por su trama y su forma de abordarla. Qué gracia tendría si no, ¿verdad? Natalia Moderc Wahlström tiene un estilo propio, sí (lo cual es maravilloso), pero también sabe salir de su zona de confort y ofrecernos una historia original repleta de nuevas sensaciones. ¿Os apetece conocerla? Vamos allá.

La hija ausente nos lleva a Nueva York, al año 2018, donde conocemos a Kiara Godec, una joven enfermera que, después un largo día de trabajo en el hospital en el que trabaja junto a Central Park, conoce a Stella, una anciana que, tras un accidente, es ingresada esa misma noche. Sin saber muy bien por qué, Kiara enseguida se siente conectada con esa mujer, hay algo en ella que irremediablemente la atrae. La joven enfermera pronto descubre que esa mujer es nada más y nada menos que Stella X, una célebre comerciante de arte. Kiara, cuya gran pasión es pintar, descubre el primer nexo que le une a Stella, pero hay más. Ambas tienen orígenes eslovenos, aunque la historia de Stella es mucho más triste de lo que pudiera imaginar.

Con el paso de los días, ambas se hacen amigas y, poco a poco, Stella comienza a revelarle a Kiara la historia de su vida y la profunda tristeza que le embarga: la muerte de su hijo y la desaparición de su hija. Desde entonces, Stella, incesante, no ha dejado de buscarla, convencida de que sigue viva, a pesar de todas las mentiras que le contaron en el pasado. Por ello, decide hacerle un encargo muy especial a Kiara: le pide que sea ella quien viaje a Eslovenia, a su pueblo natal, para tratar de seguir la pista de su hija.

Kiara, que anda inmersa en una crisis personal debido a su extraña relación con su novio Albert y a una insatisfacción más que evidente entre su profesión y su verdadera vocación, no lo duda y decide embarcarse en esta aventura. Se lo debe a Stella, se lo debe, también, a ella misma.

Así es como Kiara llega a Eslovenia dispuesta a encontrar a la desaparecida hija de Stella, sin saber que será allí donde también acabará por encontrarse a sí misma.

No quiero contaros mucho más de la trama, lectores, pues sería quizás revelar demasiado y lo cierto es que esta historia merece ser leída y descubierta página a página. Sí puedo deciros que en ella encontraréis de todo: misterio, autodescubrimiento, investigaciones y también amor.

Natalia Moderc Wahlström vuelve a ofrecernos una historia que nos invita a viajar, a descubrir nuevos lugares y culturas, a adentrarnos en el pasado hasta conectar las piezas del presente y, por supuesto, a soñar, a creer en la magia y en el amor.

La hija ausente es eso y mucho más. Una novela que arropa, que conforta, que enamora y que te hará sentir más vivo que nunca. Merece la pena, ¿verdad?   

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