La hija de Robert Poste

La hija de Robert Poste, de Stella Gibbons

 

Stella Gibbons - La hija de Robert Poste

Hay mucho libros buenos, pero hay muy pocos tan divertidos como éste.

 

 

Ya sé que parece una novela.  Uno toma el libro, lo hojea y parece una novela.  Pero no se dejen engañar por las apariencias, La hija de Robert Poste no es una novela; en realidad se trata de una broma.  Una broma magnífica a costa de la frivolidad, la ignorancia, los prejuicios, la pedantería y la estupidez que Stella Gibbons veía en la sociedad inglesa de los años 30 (o sea, más o menos como aquí y ahora) y, en concreto, de los libros románticos tan populares por aquel entonces.  Una simple broma, sí, pero una de esas que a pesar de su espontaneidad y su falta de pretensiones permanecen en la memoria y se repiten en cada reunión, aun cuando ya nadie recuerde a cuenta de qué nació el chiste.  Porque la verdad es que hace ya tiempo que nadie recuerda a esos autores a los que Gibbons quiso ridiculizar con tanta ironía e inteligencia y, sin embargo, la Hija de Robert Poste no ha dejado de venderse en estos 80 años.

 

Una vez que Gibbons se pone manos a la obra, no se crean que se va a contentar con sacarle los colores a unos cuantos escritores de “libros para señoritas”; los literatos serios, los dramaturgos experimentales, los intelectuales de salón, las élites más cultivadas de Londres y los paletos más obtusos de la campiña, todos se van a llevar lo suyo.

 

Un talante no muy diferente del de Flora Poste, la hija de Robert que, poseedora de una educación “cara, deportiva y larga” decide, al morir sus padres, que ya que no tiene intención ni de ganarse la vida trabajando ni de casarse, deberá buscar a unos parientes suficientemente bondadosos, o incautos, como para acogerla.

 

Así que, tras realizar el oportuno casting de parientes lejanos sin encontrar ninguno que satisfaga las condiciones requeridas, la sofisticada Flora Poste opta por la opción que espera que sea menos aburrida y parte a vivir con unos primos remotos a una granja de Sussex con el firme propósito de civilizarlos.

 

 

 

Poco importa que el desarrollo de la historia sea bastante previsible; de hecho la propia protagonista planifica desde el principio lo que va a suceder.  La gracia de La hija de Robert Poste no está en el argumento sino en todo lo demás:  Gibbons no desaprovecha ni una ocasión para dar rienda suelta a su ingenio (combinado en muchas ocasiones con algo de mala leche): cada diálogo tiene doble sentido; cada nombre propio, un significado jocoso; cada personaje es más extravagante que el anterior; cada situación, por convencional que parezca, es en realidad descabellada.  La toponimia, la botánica, incluso el dialecto de los lugareños ha sido inventado con acidez por Gibbons, para diversión del lector y desesperación del traductor.

 

Una broma dentro de otra broma.  No satisfecha con escribir una brillante e hilarante sátira que no deja títere con cabeza, la autora acompaña su libro con una carta de presentación, como si de si se tratase del manuscrito inédito de una escritora novel.  La nota va dirigida a un autor serio y respetado, a cuya opinión somete humildemente el libro.  Sabiendo que una gloria de la literatura encontrará en el manuscrito multitud de defectos, ella misma se encarga de justificarse achacándolos irónicamente a los años que ha dedicado a una actividad tan perniciosa para la creatividad y el talento como el periodismo.  En el colmo del sarcasmo, Stella Gibbons decide facilitar la lectura del manuscrito marcando con asteriscos los párrafos más brillantes y elaborados desde el punto de vista literario. ¡Y vaya si son brillantes!  Creo que no podré volver a ver un asterisco en un texto sin que se me escape una carcajada.

 

Todo este derroche de inteligencia, humor e ingenio hacen de la lectura de este título una auténtica delicia.  Tal es la magia de Stella Gibbons que el lector le tomará simpatía a todos los personajes, por estrambóticos o zafios que le parezcan.  Incluso a la descarada, entrometida y manipuladora Flora se le coge cariño.

 

Yo no me lo pensaría dos veces.  Hay mucho libros buenos, pero hay muy pocos tan divertidos como éste.

 

 

Javier BR

 

javierbr@librosyliteratura.es

20 comentarios en «La hija de Robert Poste»

  1. Hola Javier, has hecho una buena reseña, me llega un día tarde pero no importa, a veces el destino…
    Llevo semanas ojeándolo en las librerias, pero siempre caía otro de entre los muchos que conforman mi lista de pendientes.
    Por fin, ayer lo compre.
    Me encanta la presentación de su cuidada contracubierta y el detalle de marcapáginas.
    Cuando lo haya leido lo comento.

    Responder
  2. Javier, como me gusta que nos descubras (o rescates) libros tan atractivos. Este seguro que lo leeré durante estas vacaciones, y además como encuentro pocos libros de “humor” para mi club de lectura, tomo nota.

    Un abrazo !

    Responder
  3. Muchas gracias, Vero. La verdad es que es un libro que llama la atención. Desde el momento en que vi anunciado su lanzamiento tuve ganas de leerlo.

    La presentación de los libros de Impedimenta es una delicia, Coco. Aunque lo más importante sea el texto, una edición cuidada y un diseño agradable pueden multiplicar el placer de la lectura. Espero leer pronto tu opinión sobre este libro.

    Te agradezco el comentario, Susana, pero en realidad el mérito es de la editorial. Impedimenta está haciendo una gran labor recuperando libros magníficos de autores muy poco conocidos en España. Si lo lees en verano, a buen seguro te resultará refrescante por su sentido del humor.

    Responder
  4. Muchas gracias por tu recomendación, Gemma. Tomamos nota.

    Miguel, si buscas un título divertido e inteligente, creo que este te gustará, sobre todo si eres aficionado a este tipo de libros. La pena es que no abundan.

    Un saludo y muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

    Responder
  5. Jolín me has picado totalmente. Tenía el post guardado en mis feed para cuando tuviera un rato de leerlo con calma y vaya si ha merecido. No sé si llegaré a pillar todos esos dobles sentidos y más con mi raro humor pero bien merece un esfuerzo.

    Responder
  6. Me alegro de que la reseña te haya sido útil, Elwen. No es un texto complicado y, aunque el sentido del humor es algo muy particular, a buen seguro que disfrutarás de este libro.

    Responder
  7. Precisamente estoy leyendo este libro y coincido plenamente con la reseña. Se trata de una obra divertidísima por su juego de ironías y críticas mordaces a su tiempo y a las novelas de la época. Los personajes son a cada cuál más extravagante y las situaciones que se crean están a la altura de los mismos.

    Una delicia.

    Responder
  8. Me alegra mucho que te esté gustando el libro, Gww; cuando se recomienda un libro “de humor” se corre un riesgo mayor de no acertar, porque cada uno tenemos un sentido del humor muy particular.
    Gracias por tu comentario.

    Responder
  9. Definitivamente, me lo llevo*.

    *(Éste, y el otro, y el otro, y el otro, y el otro…)

    En cuanto pueda me paso más en serio por aquí, tiene todo una pinta genial. Saludos!

    Responder
  10. Es un libro magnifico, no te puedo negar que al principio me confundí pensando que era una novela, y vaya sorpresa que me lleve de igual manera o me arrepiento de haberlo obtenido por que es realmente magnifico.

    Responder
  11. Supongo que la escritora es inglesa, entonces ¿Cuál el nombre del libro en Inglés?. Es mejor leer en este idioma para mejorar mi inglés y a la vez pasarlo bien.

    Responder
  12. El titulo original es “Cold Comfort Farm”, y leerlo en inglés es una buena idea, pues tiene muchos juegos de palabras y dobles sentidos (por ejemplo, los nombres de los personajes tienen una doble lectura). Stella Gibbons juega con el lenguaje hasta el punto de inventarse numerosas palabras. A buen seguro será una experiencia divertida leerlo en inglés.

    Gracias por tu comentario, Julio.

    Responder
  13. Disculpa la tardanza en responder, Diseño web Cali; últimanente estoy algo desconectado. Si te gustan estas temáticas, esta editorial ha publicado varios libros de este estilo. Te los recomiendo. Una saludo y gracias por el comentario.

    Responder

Deja un comentario