Las puertas de lo posible

Las puertas de lo posible, de José María Merino

las puertas de lo posible

Todos hemos soñado alguna vez con viajar al futuro. La literatura es una de las maneras de llevar a cabo ese sueño. En este caso el capitán de la nave es José María Merino, uno de los popes del cuento español. El Dr. Couto, responsable del prólogo y personaje conocido ya por otros libros del autor leonés, encargó a Merino que tradujese al relato literario las impresiones cotidianas que se conservan del viaje al futuro que se realizó en 2001 a bordo de un cronomóvil de la universidad de “Cthuhu”. El resultado es un mundo futurista que critica los desmanes presentes, ya sean políticos, religiosos, ecológicos o humanos, y homenajea a maestros del género como Huxley, Asimov, Clarke o H.G.Wells. Un mundo que quizás encuentren los que anden por aquí dentro de quinientos o seiscientos años. Nosotros, por el momento, tenemos que conformarnos con imaginarlo junto a uno de los mejores cuentistas vivos. No es poco.

Hablamos de una existencia en la que Marte o Luna están habitados, un mundo con robots en el que no hay playas naturales, los ríos corren por tuberías, las televisiones están incluidas en las paredes y en telecascos portátiles, se crean animales mezclando especies (lubina con delfín, hiena con murciélago), casi todo el planeta tiene un aspecto desértico. Y lo que es peor: la gente ya no lee libros.

El libro incluye un glosario en el que el autor juega con el lenguaje para dar una forma más creíble a ese posible mundo que se esconde tras las puertas. Los burdeles son edenes, los terroristas son terros, Internet es Ciberia, los bares (pequeños siempre) son baretos, los centros comerciales son divertidores. En cuanto a los robots, hay de varios tipos: los que ayudan a los niños con las tareas escolares (estudiosos), los presentadores de telediarios (persuasores), los policías, los que cuidan a los ancianos, expulsados por ley a residencias en el extrarradio. Un completo vocabulario que ayuda a imaginar un mundo futurista, sí, pero muy posible, como bien indica el título.

En uno de los cuentos, “El viaje inexplicable”, José María Merino reflexiona sobre la propia literatura. Los libros son vistos como algo legendario y primitivo. Durante la espera de un vuelo, alguien descubre un volumen olvidado en un almacén. El resto de pasajeros admiran sorprendidos ese objeto que para ellos es tan vetusto como para nosotros, lectores del siglo XXI, pueda serlo un papiro. El protagonista de la historia contada en ese libro, el profesor Souto, queda atrapado en el espacio ficticio de las novelas que lee. Va saltando de una a otra de manera que al atravesar una puerta o doblar una esquina se traslada al escenario de la siguiente novela, lo que aprovecha Merino para homenajear a La montaña mágica o a La isla del tesoro, entre otras.

Al final – no desvelo nada- el narrador se confiesa admirado de la forma en que las palabras y las oraciones concentran imágenes capaces de adquirir volumen y presencia en la imaginación. Esto es exactamente lo que pretende hacer Merino con su libro:  imaginarnos. Aprovechémonos de ello mientras podamos, no vaya a ser que ese futuro proyectado se convierta en un presente en el que la capacidad de imaginar no sea más que un recuerdo antiguo, de siglos pasados.

Leo Mares

2 comentarios en «Las puertas de lo posible»

  1. POr la reseña que acabo de leer, una cosa tengo clara, este libro no sera de los que engrosen mi biblioteca a no ser que a alguien se le ocurra regalarmelo.
    un saludo

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