M. Night Shyamalan. El cineasta de cristal, de Raúl Cerezo y José Colmenero

Hablar de las películas de M. Night Shyamalan es hablar de cine en términos mayúsculos. No solo porque sea considerado el nuevo Hitchcock o Spielberg, sino, precisamente, porque él se ha convertido en parte del canon dorado para cineastas futuros. Es decir, pronto se hablará de él como vara de medir y diremos cosas del tipo: fulanito es el nuevo Shyamalan.

De él destaco absolutamente todo eso de lo que presume en los créditos de todas sus películas: lo que escribe, lo que dirige y lo que produce. Ver sus obras es deleitarse con los planos perfectos que decide para encuadrar una cena en familia, una discusión a lo lejos, un sutil asomo de seres inquietantes. Sabe perfectamente elegir un buen reparto para sus películas y dirigir a los actores. Todo cuanto hace muestra un pensado cuidado del más mínimo detalle. Y en toda su obra deja su marca en cuanto al perfecto dominio del suspense y el final sorprendente. En definitiva, Shyamalan es uno de mis creadores de historias favorito.

Por todo el potencial de estudio que tiene su obra, era necesario un libro como M. Night Shyamalan. El cineasta de cristal para analizar su carrera filmográfica. La portada, la fecha de publicación y el título, el cineasta de cristal, hacen referencia a la última película que, ya adelanto, por diversos infortunios no he visto aún en cine y me muero de ganas por verla en casa cuando salga en DVD. Precisamente, por no haber visto aún Glass, la tercera parte de la trilogía que reformula el concepto del superhéroe de cómic, no he leído las partes del libro que la analiza. Entre otras cosas, porque seguro que cuenta cosas que destripan parte de la peli. Y es que este detalle es capital en Shyamalan. ¿A quién no le han fastidiado el final de El sexto sentido diciendo aquello de… (lo omito por si alguno aún cree en los Reyes Magos).

El libro arranca con dos párrafos que definen muy bien el sentimiento amor/odio o aprecio/desprecio hacia el arte del director. Un primero que le encumbra frente al segundo que critica negativamente su forma de hacer cine. Yo me declino por aquel que estima y muchísimo su labor. El libro hace un completo repaso por toda la carrera de Shyamalan y ofrece análisis muy variados a través del punto de vista de hasta 49 autores, todos gente relacionada con el mundo del cine, la literatura, la antropología o la filosofía. De esto ya se deduce el contenido temático tan extenso y amplio que va abarcar el libro. No se trata, por tanto, de una mera exhibición de toda la carrera de Shyamalan, para eso ya están los listados de Cinemanía.

Muy destacables a mi parecer son los análisis de algunas escenas de películas como El bosque o Señales (dos de mis favoritas de Shyamalan). A veces toman el contexto histórico-social que envuelve a la película donde se destacan coincidencias entre el guion y hechos políticos que se están sucediendo contemporáneamente; otra vez se declinan por enfoques más técnicos, detalles propios del modo de grabar, como el uso de ciertas cámaras, encuadres o posición de los objetos en pantalla. Algunos reinterpretan con un cierto sentido poético algunos gestos mostrados en pantalla, un modo muy original e interesante de ver el cine. Otros autores tomarán como punto de su estudio la interpretación de los actores y un capítulo extenso, uno que me ha encantado, está dedicado a otra de las claves del buen hacer cinematográfico de Shyamalan: la música de James Newton Howard.

El cineasta de cristal es un interesante acercamiento al cine de Shyamalan no solo para aquellos que disfrutamos con su arte o ni tan siquiera para los que detractan su obra, sino para todo aquel que disfrute del cine. Leer este libro es sentarse delante de un grupo numeroso de personas que se han reunido para hablar de películas, que se han citado para interpretar la obra de un gran artista, y todo cuanto haces como lector es deleitarte y aprender con cada una de esos análisis. Mi enhorabuena y agradecimiento a sus creadores.

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