Odiseo. El retorno

“Odiseo. El retorno”, de Valerio Massimo Manfredi

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Por fin, justo un año después de Odiseo. El juramento, llega a mis manos la segunda y última parte de las aventuras del astuto héroe del poema de Homero: Odiseo. El regreso.

No sabéis cuánto lo esperaba. Hasta tenía marcada la fecha…Para alguien a quien le encanta la mitología y que ha crecido con (buenísimas) películas como Jason y los argonautas, Furia de titanes, o la serie El Cuentacuentos: mitos griegos (serie muy recomendable también) –por poner unos ejemplos– revivir, recordar e incluso, en la mayoría de los casos, aprender de Manfredi sobre el/los viaje/s de Ulises con detalle, es algo que merece muy mucho la pena. Y es que la triste verdad es que nunca he leído el poema original. Me gusta la mitología, pero por desgracia no me considero ni mucho menos un experto.

Me atrevo a decir que  casi todos nosotros conocemos hechos aislados (el caballo de Troya, el canto de las sirenas, los cíclopes, la historia con los pretendientes de Penélope, el sudario que esta tejía y destejía… vamos, los “hits” de la Odisea) pero quería conocer la historia entera y ordenada, así como aquellos hechos poco conocidos del héroe, que los hay y muchos.

Manfredi trató en la primera parte, El juramento, de la guerra de Troya. El origen y causas, el desarrollo…según el punto de vista de nuestro héroe desde su infancia hasta su madurez. Todo eso ya está contado y no volveré a ello.

En El retorno, Manfredi nos cuenta el regreso del héroe a casa. Si la guerra duró diez años, otros diez años va a costarle a Odiseo la vuelta, (pobre Penélope), que tendrá más peligros y ocasiones de encontrar la muerte que en la propia guerra. Y tiene bemoles la cosa, pero todo por culpa de los caprichosos dioses, Poseidón en este caso, y por defenderse de un cíclope que se lo quería trapiñar a él y a sus hombres. Anda que no sabían putear bien a los humanos en el Olimpo… (Por cierto, será a partir de ese momento cuando se comprenda el significado del nombre de Odiseo, el odiado).

Por otra parte, podría anarrosear la reseña de El juramento en esta misma reseña en lo que se refiere al conocimiento de Manfredi sobre usos, tradiciones, costumbres de la época… Aventuras, monstruos, naufragios, pueblos hermosos, pueblos misteriosos, bellas mujeres y/o diosas, enfrentamientos, generosidad y hospitalidad, ardides… una odisea vaya, de todo esto hay en abundancia, pero sin duda lo que más vuelve a llamar la atención es la importancia que se concedía a los dioses. La creencia de que sacrificando un toro o el animal que fuera se aplacaría la ira de un determinado dios o que provocaría el tener un buen viaje o lo que se terciara; la fe en las profecías; la convicción de que el camino de los hombres estaba marcado por los caprichos de unos dioses de lo más retorcidos e hijosdesumadre que te puedas echar en cara, y a su vez  que el de ambos lo estaba por el hado era algo en lo que todos creían a pies juntillas…

No voy a contar el final porque, a pesar de que muchos piensen lo contrario, un espoiler es un espoiler tanto hoy como hace dos mil años. Siempre hay alguien que se acerca a un libro o película por primera vez, con la mente en blanco. Tan sólo diré que desconocía totalmente “ese” final que cuenta Manfredi, y que me ha obligado a contrastarlo con las fuentes de Internet.

Odiseo. El retorno es una magnífica continuación al primer tomo. Manfredi se toma ciertas libertades literarias que se le pueden perdonar en aras de un mayor entretenimiento lector y cuenta las cosas con claridad. A veces se para demasiado a describir algún paisaje o escena, pero por lo general la lectura transcurre fácil y fluida y las páginas se pasan con rapidez, pues estás ávido de conocer cual será la siguiente tragedia que sacuda a nuestro héroe más humano de entre todos los héroes.

Por último me gustaría decir que no soy amigo de reivindicar los clásicos por el mero hecho de ser clásicos, sino porque lo que cuenten merezca la pena, entretenga, te haga vibrar… Y por eso algún día me encantaría leer el poema original, porque este libro ha hecho que me pique el gusanillo de querer profundizar más en Odiseo/Ulises.

Así pues, dicho esto, ¿cómo no voy a recomendar su lectura tanto a los conocedores de la historia del rey de Ítaca como a aquellos que no?

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