Repudiados

Reseña del libro “Repudiados”, de Osamu Dazai

Repudiados

Sin meterme más presión de la que ya me cabe entre pecho y espalda, sí que es cierto que me había propuesto dos cosas antes del final de año. Una era subir mi exiguo porcentaje en cuanto a lecturas de libros patrios se refiere; otra, mucho más excitante sin ninguna duda, inaugurar el casillero de la literatura japonesa y hacerlo, además, por todo lo alto.

Como se estará usted imaginando, al menos uno de estos propósitos ha resultado ser un grave error. Una malísima idea. Un pequeño desastre, vamos. De esos por los que se llega a culpar incluso al gobierno, a los niños, o a los médicos. Ay, chacho. ¡Pa qué las prisas!

Pero dejemos los lamentos para las ocasiones que lo merezcan más. Aquí hemos venido a celebrar la literatura. A hablar un rato de los buenos libros. Concretamente de Repudiados, que recoge nueve bellísimas bombas de racimo en forma de relato y escritas por la singular mano de Osamu Dazai, uno de los escritores japos más iconoclastas que te puedas echar a la cara. Tanto, que no parece ni japo, fíjate.

Sí, ya ve. Mi primera vez ha sido increíble.

Y esto escribí en algún margen según iba avanzando con la experiencia:

“Tristeza, melancolía, dolor. Mucho dolor”.

Porque el libro rezuma todas esas sensaciones de la vida que te aprietan del brazo hasta que casi chillas, que no te sueltan y te duelen luego todo el puto día. Pero entremedias hay amor, fragilidad. “Honestidad. Mucha honestidad”, podría haber escrito en otro apunte. Y la belleza. Tan extraña y tan efímera. Esa mezcla de luces y sombras que solo los orientales parecen saber utilizar en su arte.

Repudiados es la necesidad del autor de expresar su extrañamiento. El desconcierto de un hombre que está al borde de la autodestrucción. Un hombre frágil escondido tras su arte, tras la literatura. Es la humanidad imperfecta y dolorosa del autor contándose a sí misma. Y sus presagios, sus sueños. Los ideales. Sus tormentos y su miseria (en general). Es Dazai creando belleza desde el infierno.

Repudiados es un libro único en su especie. Igual que su autor. Son heridas y están sangrando constantemente. Y lo hacen en forma de historias breves. Es una bellísima canción a la agonía y al dolor de la vida. Y es tierna y breve y por todo eso también es una lenta y bellísima canción a la muerte.  

En las solapas del libro, los amigos de la editorial Sajalín (que son, no se nos olvide, los principales culpables de que se haya recuperado a este increíble escritor en España), nos recuerdan que Osamu Dazai es un autor tan venerado en su país (sobre todo por los jóvenes) como una estrella del rock desaparecida. Y después de leer este libro, uno lo entiende todo.

Comunista en sus años de juventud, Dazai fue encarcelado y torturado por sus ideales. Repudiado por su padre, vivió siempre atrapado por sus obsesiones. Buceó en el alcohol y sucumbió en su adicción al sexo y a las drogas. Durante su vida, intentó suicidarse cuatro veces hasta que finalmente lo consiguió una semana antes de cumplir 39 años, tras atarse junto a su amante y tirarse con ella al canal del río Tama (suicidio que nos adelanta de forma premonitoria en un relato genial y terrible a partes iguales).

Esto no sería más importante que cualquier otra desgraciada biografía de otro gran escritor autodestructivo sino fuera porque así es también su literatura. Dazai es tan cristalino, tan sincero en su narrativa que sus emociones, sus pensamientos, sus pasiones y sus sentimientos aparecen siempre claros, limpios y sinceros, explícitos muchas veces, en cada una de estas formidables historias. La sensación de sentirse fuera, de estar desplazado. El dolor de no ser aceptado. El deseo de desaparecer. La sensación del eterno repudiado.

Por si todo este torrente de emociones no fuera suficiente, también están las imágenes. Es decir, los cuadros que pintó el propio autor, las fotografías sobre las calles que habitó, sobre su mujer (a la que no dejó de engañar una y otra vez), o sobre sí mismo en actitud reflexiva. Creaciones artí¡sticas del propio autor que acompañan cada texto y que convierten la lectura de este libro de cuentos en una experiencia única, salvaje y deliciosa.

Indigno de Ser Humano (su novela más aplaudida) dejará de ser, por fin, un simple y sugerente título para una próxima (y hasta ahora, constantemente postergada) lectura.

(Joder, siempre se suicidan los otros).

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