Sacrificio

Reseña del libro “Sacrificio”, de María Martínez

Sacrificio

¿Os he dicho ya que adoro la pluma de María Martínez? Me encanta cómo escribe esta mujer, y solo he leído tres libros suyos, que conste, y los tres pertenecen a un mismo todo, a la trilogía Almas oscuras

Hoy os traigo la tercera y última parte: Sacrificio. He quedado tan enganchada y tan enamorada de Heaven Falls, de sus personajes y de su trama, que no sé ni cómo empezar la reseña para expresar todo lo que me ha hecho sentir esta historia. Bueno, he comenzado hablando de la autora, sí, porque ella se ha convertido en una de mis escritoras favoritas después de leer estos libros. Sin embargo, no sé ni qué decir a continuación para haceros llegar todo lo que me ha transmitido esta trilogía, ya no solo esta última parte. 

A ver, seré clara. Las apariencias engañan. ¿Por qué digo eso? Porque hasta hace muy poco yo asociaba a la autora con novelas románticas y pastelosas. Pensaba que no iba a conectar con sus historias. 

¡Qué equivocada estaba! Cuando me enteré de que existía una trilogía con romance y vampiros escrita por María, no lo dudé. Supe que había llegado el momento de la verdad, de conocer a esta escritora y a sus personajes. ¡Y qué personajes! 

No me voy a enrollar hablando de William y Kate, ni de su relación, ni de los secundarios, ni de todas las sorpresas y giros que me fui encontrando por el camino: ángeles caídos, licántropos, enemigos, aliados, secretos, mentiras y un largo etcétera. No lo voy a hacer porque para eso ya están mis anteriores reseñas de Destino y Presagio, la primera y segunda parte de esta maravillosa trilogía. 

Lo que voy a hacer es centrarme en este último libro y en todo lo que he experimentado a lo largo de sus páginas. Deciros que sentí una alegría extrema cuando lo recibí porque lo esperaba como agua de mayo, pero al mismo tiempo la tristeza me invadió, pues no quería despedirme de sus protagonistas y de este mundo. Me encantan las sagas porque te permiten empatizar mucho con los personajes y conocerlos en profundidad, pero es más duro cuando llega el final. 

¿Sabéis qué hice cuando Sacrificio llegó a mis manos? Lo dejé guardado unos días. Quería leerlo pero no quería, porque sabía que una vez pasara de la primera hoja, no iba a resistirme. Lo iba a devorar en muy poco tiempo y fin de la historia. ¡Qué pena! ¡Qué rabia da! Seguro que os ha pasado en muchas ocasiones, ¿a que sí, queridos lectores? 

El caso es que efectivamente así fue. Me bebí la novela en un abrir y cerrar de ojos porque estaba sedienta por conocer el desenlace. Presagio ya me dejó con la boca abierta por todos los giros y por la riqueza de personajes, tanto conocidos como nuevos, por la profundidad de sus actos, por amarlos y odiarlos, pero sobre todo por comprenderlos. 

Y esta tercera y última parte no iba a ser menos. El prólogo ya nos abre el apetito, siempre con ese halo de misterio y de incertidumbre que ya pude experimentar en el inicio de los otros dos libros. Y yo me pregunto, «¿cómo consigue esta mujer escribir prólogos tan buenos?». No exagero, cada uno de sus prólogos me han dejado exhausta, loca por saber, por indagar, por descubrir. Ese chute de adrenalina es lo que empuja al lector a engullir la historia. 

Una historia de humanos, de vampiros, de licántropos, de ángeles caídos, de profecías, de identidad, de amor y de odio, de altruismo, de comprensión y de empatía.  Una historia, la de William y Kate, que ha pasado por muchos momentos, que ha superado obstáculos, que se ha transformado, que ha evolucionado y ha sobrevivido a lo peor. 

Aquí volvemos a disfrutar de las emociones y los sentimientos de ambos protagonistas. Hay de nuevo secretos y nosotros, los lectores, sufrimos junto a los personajes por tener que guardarlos y no gritar todas las verdades por temor a hacer daño a otros y a nosotros mismos.

Males mayores que ya afloraron en el anterior tomo pisan fuerte de nuevo. Diferentes frentes se abren y todo se desparrama, ninguna decisión parece acertada, todo se desborda. El corazón a mil por hora en cada capítulo disfrutando de la acción y la pasión que la autora nos vuelve a regalar. 

Para mí, sinceramente, este último volumen es una joya. Un perfecto cierre de trilogía donde todo lo que hemos vivido a lo largo de los tres libros se intensifica dejando claro que María Martínez es una maestra en el arte de transmitir emociones, sentimientos y conflictos internos a través de sus personajes. Da igual qué tipo de criatura sean, porque María consigue que entendamos que todos necesitamos amar y ser amados. 

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