Tres actos y dos partes

Tres actos y dos partes, de Giorgio Faletti

Tres actos y dos partes

“Siempre he sido un hombre solitario. Ahora soy un hombre solo. No pensé que con el tiempo notaría la diferencia”.

Silvano Masoero.

Si hoy mismo alguien me preguntara por mis tres libros favoritos, creo que no tendría dudas en incluir Yo mato, de Giorgio Faletti. Leído en 2008, aún recuerdo muchas de las sensaciones que me dejó su lectura. Las más de 600 páginas me duraron un suspiro, absorbido por las andanzas de Jean-Loup, uno de los protagonistas más importantes de ese magnífico libro.

Por eso me cuesta tanto reconocer que, seis años después, no haya vuelto a leer nada más del escritor italiano, pese a recibir muy buenas críticas otras novelas suyas como Apuntes de un vendedor de mujeres. Ahora tras disfrutar de una lectura tan buena como Tres actos y dos partes, espero no volver a cometer la estupidez de estar tanto tiempo sin disfrutar su lectura.

Giorgio Faletti no es solo un escritor  de alto nivel, sino que más bien podría considerársele como un artista polifacético. El piamontés empezó su carrera como cantante, trabajando también durante muchos años en la televisión nacional con grandes estrellas como Raffaella Carrá. Caso similar a este es el del también italiano Fabio Volo, que compagina la escritura de grandes best-sellers con la radio, el cine y la televisión.

En Tres actos y dos partes nos encontramos con Silvano Masoero. Silver, como le apodan, fue un boxeador que dio con sus huesos en la cárcel por un combate amañado. Mucho tiempo después, pasa los años más tranquilos de su vida como utillero en un equipo de la segunda división italiana, en la que su hijo es la gran estrella del equipo. Cuando todo parece ir bien, con el equipo a punto de lograr el ascenso, los viejos fantasmas volverán a aparecer en la vida de Silver, que tendrá que luchar contra todo (y contra todos) para que la situación no se vuelva a repetir.

Faletti siempre sabe lo que el lector necesita, y se lo da directamente, sin rodeos ni grandes artificios. En este caso, el argumento de las apuestas ilegales está fuertemente ligado a la actualidad deportiva de Italia, que ve como en los últimos años el amaño de partidos ha terminado con varias sanciones, tanto deportivas como económicas. Y como el autor sabe que el tema interesa, crea de la nada a un personaje como Silver, un hombre con el aura de perdedor impregnado en su cuerpo, pero que poco a poco irá convirtiéndose en un héroe.

Todo aquel que lea Tres actos y dos partes estará de acuerdo conmigo en la descripción que hago de Silver. El protagonista rememora su turbio pasado debido a los incidentes ocurridos previos al último partido de liga. Lejos de odiarle, el lector no podrá más que tener simpatía por este personaje, cuyos actos están cargados de nobleza, fidelidad y amor.

Giorgio Faletti escribe con una maestría que pocos consiguen. Su estilo es fluido, ameno y bien estructurado, lo que hace que una vez que empieces con él, no quieras soltarlo. Si hace años las 600 páginas de Yo mato me duraron un suspiro, las menos de 200 de esta gran novela han sido un visto y no visto. Alguno ha calificado a Tres actos y dos partes como la mejor novela de Faletti. Yo no sabría qué decir… déjenme que me lo piense. Mientras tanto, lean ustedes esta novela, lo mejor que he leído en mucho tiempo.

@malagonc cesar@librosyliteratura.es

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